Los socialdemócratas italianos amenazan con pasarse a la oposición
Franco Nicolazzi, el nuevo secretario general del pequeño Partido Social Demócrata Italiano (PSDI), integrado en la coalición de cinco partidos que gobierna en Italia, ha sorprendido a todos al plantear una alternativa de izquierda junto con la amenaza de que el PSDI se pase a la oposición.Nicolazzi ha defendido, en efecto, ante el 21º congreso nacional de los socialdemócratas, que se celebra estos días en Roma, no una fusión con el Partido Socialista Italiano del primer ministro Bettino Craxi, por miedo a desaparecer en dicho abrazo, sino una estrategia de reformismo socialista alternativo a la democracia cristiana. Se ha presentado como un segundo líder socialista al lado de Bettino Craxi, dispuesto a colaborar con él para crear finalrnente en Italia una seria alternativa laico-socialista a la democracia cristiana.
La reacción de Ciriaco de Mita, secretario general de la Democracia Cristiana Italiana, ha sido dura y ácida. Ha afirmado que Nicolazzi ha decidido hacer la alternativa de izquierda "él solo", convencido de que ni los socialistas ni los comunistas le seguirán en esta propuesta. También se ha irritado el secretario de los republicanos, Giovanni Spadolini, porque Nicolazzi ha colocado a su partido en el área "conservadora y de centro". La propuesta del socialdemócrata ha preocupado en cierto modo al mismo Craxi, ya que se ha visto claro que Nicolazzi trata de plantear un nuevo protagonismo de carácter socialista-reformista y progresista cuando el partido socialista se va hacia el centro y el partido comunista se acerca a la socialdemocracia.
Pero quizá lo que más preocupa a las otras fuerzas políticas de la actitud de Nicolazzi es el momento concreto en que se ha manifestado, ya que en marzo, y hay quien asegura que incluso antes, Craxi deberá ceder la Presidencia del Gobierno a un democristiano. La única fórmula de gobierno posible sin tener que recúrrir a la celebración de elecciones anticipadas es la del actual pentapartido.
La ponencia de Franco Nicolazzi ante el, congreso tenía 109 páginas, que le ocuparon tres horas de lectura, y su intervención no responde a una manía de grandeza inútil. Así lo demuestra el hecho de que escuchándole, en primera fila, estuvieran todos los grandes políticos italianos, desde el secretario comunista, Alessandro Natta, hasta el radical Giovanni Negri, pasando por De Mitta, Craxi y Spadolini.
Su gesto sí indica que el a.tormentado partido del reformismo ha decidido levantar la cresta tras un difícil período en el que se ha visto sacudido por diversos escándalos.
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