Los ministros de Hacienda de la CE revaluarán hoy el marco, pero mantendrán la paridad del franco
El comité monetario de la Comunidad Europea (CE) se reunió ayer en la capital belga, pero, al no conseguir ponerse de acuerdo, serán hoy por la tarde los ministros de Hacienda de los doce los encargados de intentar poner término a la tensión persistente en los mercados monetarios. El consejo de ministros de Finanzas aprobará, casi con certeza, una revaluación del marco alemán y del florín holandés, aunque evitará devaluar el franco francés. La suerte de otras monedas menos importantes del Sistema Monetario Europeo (SME) está aún por decidir, según informaron fuentes comunitarias.El comité monetario está formado por los directores generales del Tesoro y los subgobernadores de los bancos centrales -España estuvo representanta por Pedro Martínez Méndez y José Antonio Ruíz de Alda-. En principio, este organismo no está habilitado para aprobar un reajuste pero los ministros pueden ratificar por escrito, sin necesidad de desplazarse, lo acordado por los altos funcionarios si éstos elaboran un compromiso. Los debates del comité se iniciaron poco después de la una de la tarde de ayer en el centro comunitario de conferencias de Borschette.
A pesar de la discreción que envolvía las discusiones, presididas por el secretario de Estado de Finanzas de la RFA, Hans Tietmeyer, los puntos de vista de los participantes estuvieron bastante distanciados. Las delegaciones alemana y holandesa no querían revaluar su moneda en más de un 3%, mientras que sus interlocutores franceses deseaban que este porcentaje fuese algo más elevado y se resistían a devaluar su divisa.
Al margen de esta negativa francesa, la negociación no progresaba a causa de la pretensión belga y danesa de obtener también ligeras revaluaciones de sus divisas, tanto por motivos políticos como para evitar que el alza del precio de sus masivas importaciones de la República Federal de Alemania y Holanda reactivase la inflación.
Oposición francesa
Los representantes de París se oponían tajantemente a esta petición por considerar que la paridad de las monedas de seis de los miembros del Sistema Monetario Europeo (SME) no debía ser modificada, para que quedase puesto de relieve que sólo dos divisas -el florín holandés y el marco alemán- habían sido objeto de una especulación alcista que justificaba su revaluacíón. Así quedaba demostrado, en su opinión, que los problemas sociales padecidos por Francia no repercuten sobre el franco.Finalmente, al no llegarse a un acuerdo, serán hoy los titulares de Hacienda de los doce quienes decidirán las medidas de reajuste del SME, que, según se ha anunciado, se traducirán en una revaluación del marco y en el. mantenimiento de la paridad del franco.
Provocada por el nuevo bajón experimentado por el dólar, que incitó a los especuladores a buscar refugio en las monedas sólidas como el marco o el florín, y agudizada por los conflictos sociales en Francia, que les animaron a deshacerse de sus francos, la tirantez monetaria ha sido acompañada esta vez por una polémica entre Bonn y París que ha acentuado aún más la crisis del SME.
Edouard Balladur, ministro francés de Finanzas, y sus principales colaboradores han acusado a las autoridades de la RFA de mantener tasas de interés excesivamente elevadas en un país en el que la inflación es negativa y de no respaldar con suficiente convicción al franco francés vendiendo marcos para mantener su paridad tal y como lo estipulan los mecanismos de intervención del SME. Este sistema, en vigor desde hace ocho años, obliga a los bancos centrales a sostener las monedas de los demás países miembros cuando alcanzan su cotización más baja permitida.
Para evitar que el franco y las demás monedas débiles caigan por debajo de, lo permitido por las reglas del SME, los bancos centrales europeos han gastado a lo largo de la semana más de 6.000 millones de dólares (780.000 millones de pesetas). Sólo durante la jornada del viernes el Bundesbank (banco central alemán) compró francos en la Bolsa de Francfort por valor de 20.600,millones de pesetas y dólares por valor de otros 6.500 millones.
Al margen de la intervención directa, las autoridades monetarias de Francia, Dinamarca y Bélgica han aumentado los tipos de interés para intentar frenar la depreciación (le sus respectivas monedas, al tiempo que Roma y Dublín proclamaban su intención de no devaluar, a pesar de los ataques sufridos por sus divisas. En el caso irlandés, la determinación del Gobierno parece tanto más fuerte cuanto que el mes próximo se celebrarán elecciones generales.
El mismo argumento electoral ha sido empleado en Bruselas por el Gabinete democristiano del canciller Helmut Kohl para intentar evitar una revaluación del marco -los comicios se celebrarán dentro de dos semanas-, que perjudicaría a los agricultores y a las exportaciones industriales.
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