Sacrificio
Ha dicho Abel Matutes que está "dispuesto a sacrificarse" y a abandonar el comisariado europeo si su humilde persona resulta "imprescindible" para dirigir AP. Conmovedor ese talante de servicio a una colectividad sin duda ingrata. Por otra parte, el altruismo de Matutes parece ser una virtud de moda; por los círculos políticos del país se extiende la fragancia de la abnegación, que es un mirífico y atufante olor a rosas similar al que desprende el cuerpo incorrupto de los santos.El caso es que andan todos como locos por poner la cabeza en el tajo de la gloria. Por ejemplo, Herrero de Miñón se sacrificará y presentará, si es menester, su propia candidatura al trono. Los socialistas, por su parte, están también rezumando mortificación con esto de tener que aguantar la cruz de una segunda legislatura. Y qué decir de la inmolación colectiva de los líderes vascos, los cuales llevan semanas empeñados en una lucha heroica por ver quién es el más sacrificado de todos y por ende merecedor del lendakariado.
Así, entre unos y otros, este país se está poniendo perdido con tanta víctima obsequiosa. En los últimos tiempos los periodistas apenas si nos ocupamos de noticias concretas y reales, sino que nos hallamos engolfados en disquisiciones del espíritu, en explicar cómo a Matutes le vibra el martirio social en las entrañas, o cómo Benegas-Garaikoetxea-etcétera andan trajinándose el futuro. De entre todos aquellos que aseguran estar dispuestos a sacrificarse por la causa, calculo que un 80% son seres rematada mente hipócritas. Y el 20% restante, que se lo creen, son los que me parecen más temibles, por que no se puede confiar en alguien que se piensa imprescindible.
En fin, que ahí están todos, matándose por ser Más. Y son tan aburridos en, su lucha que los periodistas, en vez de publicar sus rumores, sus, malandrinerías y perfidias, deberíamos sumirles en un olvido impreso para ver si así se sacrifican de una maldita vez por nosotros y abrevian este farragoso trámite de intrigas.
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