La política de Chirac
Jacques Chirac es un primer ministro que desconcierta. Tras veinte días de huelga de los maquinistas de los ferrocarriles franceses, uno de los más importantes conflictos sociales desde hace muchos años, y cuando la confusión ha llegado al límite acerca de las reivindicaciones de estos trabajadores, es cuando Chirac se decide a hablar.Los ferroviarios han aprendido que, aunque sus reclamaciones sean legítimas, no son prioritarias.
Los asalariados de la sociedad francesa se dividen entre privilegiados y desfavorecidos. Para Chirac, las cuestiones sociales no existen. Inútil, pues, cualquier intento de inventarlas.
8 de enero
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
