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El sindicalismo tradicional muestra sus limitaciones

El sindicalismo tradicional está demostrando sus limitaciones en la huelga que afecta a los ferrocarriles desde el 18 de diciembre y a otros servicios públicos desde el pasado martes. La huelga de ferrocarriles fue inicialmente una acción de los conductores de trenes en defensa de la dignidad de su profesión, por unas mejores condiciones de trabajo y, subsidiariamente, por un mayor salario. La dirección de la huelga se organizó a través de una coordinadora de delegados de las asambleas de los 15.000 conductores.La Coordinadora de Maquinistas afirma su voluntad de dirigir la huelga, pero reconoce el derecho de los sindicatos a llevar la negociación dentro de la compañía ferroviaria. El asambleísmo, el funcionamiento democrático de la coordinadora, que debe consultar a las bases antes de tomar decisiones, y el antipoliticismo han llevado a comparar el movimiento con el de los estudiantes.

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La extensión de la huelga al resto de los trabajadores de la compañía ferroviaria ha sido obra, fundamentalmente, de la Coordinadora Ferroviaria Intercategorías, que intenta agrupar delegados de las asambleas de todos los asalariados. Esta coordinación empezó en la región de París y posteriormente ha ampliado su alcance, aunque tiene un grado de representatividad mucho menor. Esta coordinadora ha intentado, infructuosamente, sentarse en la mesa de negociación en paridad con las centrales sindicales. Su dirigente más destacado es Daniel Vitry, militante del grupo troskista Lucha Obrera.

El sindicato de tendencia comunista CGT (Confederación General de Trabajadores), inicialmente reticente ante los conductores de tren y ante la movilización dirigida por coordinadoras, ha jugado la carta de la generalización del movimiento con el objetivo de conseguir una movilización del sector público y nacionalizado.ç

La cuestión salarial

La CGT ha conseguido centrar la movilización en la cuestión salarial, en línea con las discrepancias sobre la política de austeridad expresadas ya en 1983 con el Gobierno socialista. Ha logrado también dibujar ante sí un bloque continuista, formado por los socialistas y la actual mayoría.La CGT intenta ahora arrancar movimientos huelguísticos sector por sector. Aunque es el único sindicato que asume la generalización de la huelga, los movimientos sectoriales aparecen secundados en cada empresa por federaciones de otros sindicatos, principalmente por la CFDT (Confederación Francesa Demócratica del Trabajo), de tendencia socialista, e incluso por el más derechista Fuerza Obrera.

La tasa de sindicación en Francia es muy baja, aproximadamente de un 15%, aunque mayor en las empresas públicas, principalmente en la SNCF (ferrocarriles) y RATP (metro de París).

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