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Reportaje:La Convención de Lomé, sobre el terreno / 2

La lucha contra la tradición

El éxito de la ayuda de la CE a África reside en microproyectos concretos

Andrés Ortega

En los proyectos de ayuda al desarrollo, la Comunidad Europea (CE) choca con la tradición del África negra. En el proyecto de desarrollo del valle del Kan, en Costa de Marfil, financiado en parte por la CE y el Fondo Europeo de Desarrollo (FED), hubo un reparto de los arrozales. Cada campesino de la zona de Tiebissou recibió media hectárea. El jefe del poblado, el doble: él es quien reparte la tierra. La distribución de las tierras es siempre un problema. Las tierras son del Estado, que teóricamente las cede a quien las cultiva. En realidad, las distribuye el jefe de la tribu. "Hay un problema generacional. Los viejos tienen el control, pero no entienden de los nuevos métodos agrícolas".

Al llegar a Tiebissou, es visita obligada saludar al jefe del cantón, en este caso un viejo de nombre Bona Yao, ataviado con una túnica, con una especie de corona ciñéndole la cabeza y rodeado de jóvenes. Bona Yao habla claramente del FED, unas siglas que imponen respeto. Aunque sea para pedir.El plan de desarrollo del valle del Kan, en torno a Tiebissou, ha llevado a crear 200 hectáreas de arrozales y 1.250 hectúeas de huertas para el autoconsumo, además de una piscicultura seria, al ser el pescado de agua dulce una de las mayores fuentes de proteínas de estos países. El programa está financiado a medias por el FED y por el Gobierno de Costa de Marfil.

En zona cercana hay un proyecto en marcha de desarrollo de la ganadería ovina, con mayor éxito, y siguiendo siempre el mismo método del encuadramiento a través de expertos, para la selección de animales y de piensos. Pero en Costa de Marfil los agricultores son poco receptivos a la ganadería. En cuestión de vacas, no se prevé una auténtico desarrollo de este tipo de ganadería hasta por lo menos una década. El caballo no existe, pues muere en estas, condiciones climáticas. Dada la escasez de tractores, impera la fuerza humana en la agricultura. En Centroáfrica, sin embargo, sí está más desarrollada la ganadería bovina, y se empieza a utilizar bueyes para las labo res agrícolas. Un problema si gue siendo el de los mataderos, que no garantizan la matanza de las reses en la forma prescrita por los musulmanes.

En el pueblo de Kimoukro, cerca del anterior proyecto, hay una de estas agrupaciones, con 47 miembros. Se les enseñó a criar pollos, desarrollando la producción. Vendieron o se comieron todos los pollos que había, sin prever su reposición. "Conflinden la noción de cifra de facturación y cifra de beneficios", comentó François Rouleau, un joven veterinario francés prestado por su Gobierno para este proyecto del FED.

Cambio de mentalidad

Además, explica Philippe Cazier, cooperante belga, el peso de la tradición hace que esté mal visto que una persona haga dinero, pues este tipo de cambios desestabiliza a la sociedad. Y de ahí que considere que el principal objetivo de la cooperación al desarrollo sea "una adaptación de las mentalidades". Los que cultivan el café ganan dinero en Centroáfrica, pero no saben en qué gastarlo, añade Cazier, al no haber ahorro. Y tras logzar transformar sus casas de barro y paja en casas duras con techos de uralita -objetivo prioritario-, se compran otra mujer, explica Cazier, para concluir que, aunque en Africa "es difícil que la gente haga cosas por sí misma, los africanos tendrán que encontrar ellos mismos la solución a sus propios problemas o no los solucionarán".

La CE, como los Gobiernos locales, empuja para la creación de cooperativas de agricultores, y si no llegan a alcanzar esta meta, cabe la figura intermedia de las agrupaciones con vocación de cooperativas. El presidente de la agrupación de Tiebissou, que reúne a 1.600 habitantes, tiene 25 años. Los jóvenes han vuelto al campo.

Exito de los microproyectos

El sistema de los microproyectos ha tenido éxito, estiman expertos de la CE. La gente va directamente a las delegaciones de la Comisión Europea en estos paises para solicitar ayuda. "A veces el proyecto sale en sólo dos o tres meses, y este es uno de los éxitos de la Convención de Lomé".

Un problema fundamental es luchar contra la corrupción que impera en ca si todos los países del África negra. "Son los pobres de los países ricos los que pagan a los ricos de los países pobres", comenta Philippe Cazier.

El presidente de Costa de Marfil, Félix Houphouet-Boingy, y en esto no es un ejemplo aislado, decidió convertir su pueblo natal en una capital exuberante de riqueza, vacía a pesar de sus gigantescas avenidas. Muchos europeos se preguntan si la ayuda de sus países no se destina últimamente a estos delirantes proyectos.

A pesar de que la Convención de Lomé prohíbe explícitamente la existencia de barreras o aduanas internas que dificulten el comercio en el interior de los países, a menudo aquéllas existen. Para cruzarlas muchas veces es necesario pagar una cuota a los policías locales. "Una forma de redondear los salarlos de estos policías", estiman cooperantes de la CE.

Una enseñanza desfasada

La mujer es el motor de la economía en el África negra, una economía principalmente basada en la agricultura. La CE ha intentado por ello aplicar directamente a las mujeres parte de sus programas de ayuda. El peso de la tradición ha frenado este intento, y todos los esfuerzos han tenido que pasar a través de los hombres.El Liceo de Sainte Marie, en Abidjan, una escuela modelo con 1.400 alumnas, fue un proyecto lanzado por el FED, destinado a hacer avanzar el papel de la mujer en Costa de Marfil, en cuyas ciudades se puede apreciar a bastantes mujeres al volante de automóviles.

Cabe dudar, sin embargo, si la enseñanza, con una fuerte influencia francesa, está bien orientada, no solo en Costa de Marfil sino también en Centroáfrica.

En la República Centroafricana, la situación de la enseñanza es aún más dramática. No sólo porque el índice de escolarización no supere el 60%, o porque haya a menudo un solo libro para 80 alumnos, sino porque está mal orientada. En la universidad de Bangui, las dos terceras partes de los alumnos estudian filosofía y letras o derecho. Sólo un 4% está en la facultad de Ciencias. Mientras, faltan técnicos medios, especialistas, artesanos, carpinteros y otros.

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