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Francia, parcialmente paralizada por las huelgas

Lluís Bassets

La huelga de servicios públicos convocada ayer por el sindicato de tendencia comunista Confederación General de Trabajadores (CGT) fue seguida de forma desigual por los trabajadores del metro de París, de las empresas del gas y de electricidad, de correos y de muelles portuarios, mientras se mantenía la huelga de los ferroviarios en los mismos niveles que en días anteriores. Las perturbaciones en el servicio público alteraron sensiblemente la vida cotidiana de los franceses, que sufrieron cortes de energía y se enfrentaron con numerosas dificultades en sus desplazamientos al trabajo, que repercutieron en el conjunto de la vida laboral, principalmente en París, y produjeron numerosos embotellamientos.

La movilización contra el deterioro del nivel de vida de los trabajadores de servicios públicos proseguirá hoy y, posiblemente, se extenderá a lo largo de la semana, en un intento de llevarla a otros sectores de la economía pública.La central convocante reunió en París algunos millares de trabajadores, que se manifestaron al mediodía detrás de una. pancarta que rezaba: "Cuando se lucha, se gana". Según la policía, fueron 10.000 los trabajadores que se manifestaron; según los convocantes, 40.000. Manifestaciones de menor participación se produjeron también en otras ciudades francesas.

La huelga fue seguida por más de la mitad de los trabajadores de los metros expresos de la periferia de París, por el 40% del metro de la ciudad, entre el 30% y el 40% de los trabajadores del gas y la electricidad y del 15% al 30% de los portuarios, en este último caso con paros que oscilaron entre una hora y la jornada entera.

El 90% de los TGV (Trenes de Alta Velocidad) y el 40% del resto del tráfico ferroviario circuló, aunque con algunas anormalidades. Pero la huelga de los ferroviarios sigue afectando a entre el 70% y el 80% de los trabajadores de la empresa nacional de ferrocarriles (SNCF).

También en correos, 50 centros de selección se declararon en huelga. En la factoría Renault de Boulogne-Billancourt se celebró ayer una manifestación en la que participó, según la dirección, un 6% de la plantilla.

Contención salarial

El presidente de la República, François Mitterrand, y el primer ministro, Jacques Chirac, han coincidido en sendas declaraciones en defender la política de contención salarial para evitar la entrada en la espiral inflacionaria.

Únicamente los comunistas critican la política de contención, mientras que los socialistas advierten la ausencia de concertación social y la torpeza del Gobierno en el tratamiento de los conflictos sociales y lab orales. El secretario general de la CGT, Henry Krasuky, declaró ayer, a este propósito que "los trabajadores no tienen la culpa de la inflación".

El Gobierno ha criticado severamente el gesto del presidente François Mitterrand de recibir a una delegación de huelguistas el día primero de enero y lo ha interpretado como una manera de complacerse ante el radicalismo de los ferroviarios.

Mitterrand lo justificó ayer, en una audiencia a los periodistas, afirmando que no tiene por qué negarse a recibir a unos trabajadores que desean felicitarle el Año Nuevo y entregarle un ramo de flores. "Soy el presidente de todos los franceses", afirmó.

Jacques Chirac, después de una reunión con sus ministros, declaró ayer por la mañana que todo el Gabinete mantiene una actitud unánime ante el desario lanzado por la CGT contra su política salarial.

Chirac no quiere ceder

Chirae ha denunciado la politización del movimiento ferroviario y ha asegurado con toda energía que no piensa ceder, a pesar de que algunos sectores de la UDF (Unión para la Democracia Francesa), que forma parte del Gobierno, han subrayado en las últimas horas la necesidad de una política de diálogo y moderación.

Jacques Chirac afirmó también ayer que la prioridad del Gobierno se dirigía hacia las personas sin trabajo, especial. mente si se trata de jóvenes, y aseguró que los ferroviarios, que tienen asegurado su puesto de trabajo, son unos privilegiados en comparación con otros sectores más desfavorecidos.

El franco francés volvió a resentirse ayer en su valor frente al marco alemán, en un movimiento que la opinión pública relaciona con el deteriorado clima laboral. El ministro de Economía, Edouard Balladur, que ha sido el abanderado de la contención salarial, aseguró que no habrá devaluación del franco.

[Por otra parte, los trabajadores del metro de Londres decidieron ayer convocar una huelga de 24 horas el día 11 para pedir mejoras salariales y de las condiciones de trabajo, informa Reuter.]

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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