El marido de la fallecida acusa al director de la clínica Coslada
José Lucas, de 37 años, esposo de Rosa María Fernández, de 33, muerta el viernes víctima de una hemorragia provocada durante un aborto clandestino, ha acusado ante el juez al director de la clínica Coslada, Abdel Salam Chehali, de 41 años, de ser el responsable de la intervención que causó la muerte de su mujer.
El doctor, especialista en traumatología, ha negado estas acusaciones y aseguró al juez que la víctima, acompafiada de su marido, se presentó en su clínica, tres días antes de su muerte, con una fuerte hemorragia y un aborto ya iniciado. El juez ha decretado la prisión incondicional del marido y del médico, a la espera del informe oficial del forense sobre las circunstancias de la muerte de la mujer, madre de tres hijos.
El informe oficial del médico forense del Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid, que hizo el levantamiento del cadáver, salió ayer por la tarde en correo ordinario hacia el Juzgado número 3 de Alcalá de Henares. Pero entre ambos juzgados hubo constante comunicación telefónica el lunes día 15.
"Por su propio pie"
José Lucas prestó declaración el pasado lunes en la comisaría de Coslada. Según su abogada, María del Carmen Cigüeña, el marido, que se encontraba decaído y bajo los efectos de sedantes, mantuvo, en la declaración ante el juez, que acompañó a su esposa a la clínica Coslada porque tenían cita previa para ser atendidos. Al llegar -agregó el marido- su mujer se encontraba consciente y entró en el centro "por su propio pie". Según José Lucas, su mujer se había sometido ya en este mismo centro, en septiembre pasado, a un aborto por aspiración. Días después él acudió a la misma clínica de Coslada para que le practicasen una vasectomía que, precisó, le costó 35.000 pesetas.El director de la clínica negó ayer por la mañana ante el juez todas las acusaciones. El médico mantuvo ante el juez que la pareja llegó a su clínica la noche del lunes 9 de diciembre. La mujer, dijo, presentaba una grave hemorragia y estaba semiinconsciente. El doctor Salam afirma que intentó cortar la hemorragia y apreció, entonces, que se trataba de un aborto. Al intentar extraer el feto se agravó el estado de la mujer lo que obligó a trasladarla a Madrid, primero a la clínica de la Paloma y posteriormente a la de Nuestra Señora de Loreto, donde falleció el pasado viernes.
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