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Entrevista:

Corazón Aquino: "El pueblo es el verdadero garante de la democracia

"Lleva tiempo arreglar lo que produjo Marcos con la ley marcial" - "Lo único que hacen los militares es seguir las órdenes del Gobierno"

"El pueblo filipino es el verdadero garante de la democracia", afirmó ayer la presidenta de Filipinas, Corazón (Cory) Aquino, en una entrevista con tres periodistas españoles, al comentar la situación política, militar y social de su país. En su sede habitual de trabajo, el palacete adyacente al palacio de Malacañang -que el dictador Ferdinand Marcos tenía reservado para casa de huéspedes de honor-, Corazón Aquino, de 53 años, habló sin reservas de los últimos acontecimientos en su país; entre otros temas, del intento de desestabilización militar que fue encabezado por el ex ministro de Defensa Juan Ponce Enrile, de su optimismo por el funcionamiento del alto el fuego con la guerrilla comunista y de su esperanza de reactivar la economía.

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Corazón Aquino, que al concluir sus largas jornadas como presidenta se va a vivir a su casa, sin ocupar el palacio de Malacañang, convertido en museo popu lar donde se exponen las pruebas de los excesos de poder de los Marcos, dice que no tiene mucho tiempo para "disfrutar" de su cargo presidencial. Y promete visitar España -los reyes don Juan Carlos y doña Sofía irán primero a Filipinas-, "pero no antes de las elecciones", cuya celebración está programada para el 11 de mayo próximo.Pregunta. ¿El pasado 23 de noviembre existió realmente un intento de golpe de Estado por parte de Juan Ponce Enrile y los jóvenes oficiales reformistas?

Respuesta. Se ha abierto una investigación oficial y el ministro de Defensa, Rafael Ileto, me informará cuando haya concluido.

P. El jefe del Estado Mayor, el general Fidel Ramos, le presentó durante los críticos días de finales de noviembre una lista de peticiones que incluía la dimisión de varios ministros de su Gabinete. ¿Está usted siguiendo la agenda marcada por los militares con los actuales cambios?

R. No. En absoluto. Antes de que la opinión pública comenzara a solicitar cambios en el Gabinete ya estuve pensando en llevarlos a cabo. El pueblo filipino, que participó profundamente, no sólo en la revolución de febrero, sino a lo largo de toda la campaña, se considera con el derecho de hacer recomendaciones sobre cuándo se debe sustituir a un ministro que no sea suficientemente efectivo.

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P. Se ha afirmado reiteradamente que el general Fidel Ramos es el garante de la democracia. ¿Cree usted que es así?

R. Es el pueblo el que garantiza la democracia. Sin el pueblo, la revolución de febrero nunca se habría producido. Hay que recordar que fue realmente la gente la que en febrero protegió a los militares que se rebelaron contra Marcos.

P. ¿Se está intentado llevar a cabo una reforma profunda en el seno de las Fuerzas Armadas filipinas?

R. Lleva tiempo arreglar lo que produjo Marcos con la implantación de la ley marcial. Estamos efectuando reformas, tanto en lo civil como en lo militar, y el objetivo es devolver a las Fuerzas Armadas a lo que eran antes de la dictadura, es decir, que estén sometidas al poder civil y cumplan su misión de defender al pueblo.

P. A propósito de la Prensa, ¿tiene usted datos de si Marcos está financiado algunos de los periódicos más críticos con el Gobierno?

R. No lo sé. No tengo pruebas. Pero, en realidad, sí hay muchos que continúan simpatizando con él, lo cual explica por qué a veces nos critican a mí y al Gobierno tan duramente.

El alto el fuego

P. Desde el pasado 10 de diciembre existe un alto el fuego entre el Ejército y la guerrilla. ¿Qué opciones tiene usted si se rompe la tregua?R. Hemos pensado en eso, incluso antes de firmar el acuerdo, el pasado 27 de noviembre, y creemos que lo más importante en todo ese asunto no es sólo que el Gobierno pueda ofrecer a los rebeldes reinsertados una oportunidad de encontrar un nuevo medio de vida, sino también a todos los filipinos. Ésta es la razón por la que en el último Consejo de Ministros se decidió crear un comité interministerial para poner en marcha un plan de acogida a los rebeldes que deseen regresar a la vida civil.

P. Saturnino Ocampo, líder del Frente Democrático Nacional, habla de la necesidad de un gobierno de coalición, que incluya a los comunistas como condición para una paz definitiva, ¿lo cree usted viable?

R. Yo continúo diciendo que no vislumbro, en este momento, la posibilidad de nombrar a ningún comunista en mi Gobierno. No sé lo que quiere decir exactamente el señor Ocampo. Pero quizá esté pensando en que en las próximas elecciones algunos de los miembros del FND se presenten para diputados, gobernadores o alcaldes.

P. ¿Va usted a legalizar el partido comunista?

R. En la actualidad no depende de mí. El nuevo Congreso que salga de las próximas elecciones de mayo deberá hacerse cargo de este asunto.

P. ¿Concederá una amnistía general a los rebeldes de la guerrilla?

R. La Comisión de Control de Alto el Fuego discutirá sobre este asunto.

P. Según los informes de la Prensa filipina, la mayoría de los militares filipinos continúa oponiéndose a la existencia de un alto el fuego.

R. No estoy de acuerdo con eso. El ministro de Defensa, lleto, y el general Fidel Ramos han explicado suficientemente a los militares el contenido del alto el fuego. Y los militares lo único que hacen es seguir las órdenes que emanan del Gobierno. Existirán algunos problemas, y para eso se ha creado la comisión de control, aunque yo tengo la firme esperanza de que la tregua tendrá éxito.

P. La guerrilla, en sus últimas apariciones públicas, ha declarado que una condición imprescindible es la retirada de las bases norteamericanas. ¿Qué piensa usted?

R. Va a hacer falta un esfuerzo sincero, por ambos lados, para llegar a un acuerdo. Y, sobre todo, no introducir cuestiones que no tienen por qué ser decididas en ese preciso momento. Al margen de esto, en la nueva Constitución se especifica muy claramente cuál va a ser nuestra postura en relación con las bases militares, estadounidenses en Filipinas. [Aquino, garantiza la permanencia de las bases, hasta 1991, momento en que deberá renegociarse el tema.]

P. ¿Qué es lo que le hace pensar que el alto el fuego va a funcionar en Filipinas, cuando no ha funcionado en ningún otro país?

R. Bueno, creo que en Colombia, por ejemplo, ha funcionado. Estoy de acuerdo que es casi imposible que el alto el fuego funcione al ciento por ciento. Pero si conseguimos implantarlo en la mayor parte de las zonas del país va a tener efectos positivos sobre el desarrollo económico. De hecho, he pedido a algunos de mis colaboradores que estudien detenidamente el caso colombiano, donde, según me han informado, el acuerdo de paz ha permitido que la economía funcione mejor. No hay que olvidar que la insurgencia y la situación económica están estrechamente relacionadas.

Objetivo: crear empleo

P. En 11 meses, usted ha conseguido importantes éxitos en el terreno político -derechos humanos, libertad de expresión, democratización, redacción de una nueva constitución...-, pero, aparentemente, muy poco en lo económico. El obispo de Negros, monseñor Fortich, ha dicho incluso que es la miseria lo que está empujando la gente hacia las filas de la insurgencia.R. Efectivamente, hay gente que continúa mendigando en las calles, pero las cosas han mejorado. Para empezar, se ha detenido la fuga de capitales, como muestra la estabilización del cambio entre el peso y el dólar. Naturalmente, la recuperación económica no se puede hacer a la carrera. La inflación es casi inexistente y hay otra serie de indicadores positivos. Ahora lo que tenemos que hacer es empezar a reconstruir. Por lo que se refiere al desempleo, debo admitir que no hemos sido capaces de resolver el problema, aunque tenemos en marcha un plan para crear empleo masivo en el campo y en las zonas urbanas. Mi principal prioridad ahora es crear empleo, y para eso necesitamos que haya inversión extranjera, y para ello es necesario que haya paz laboral.

P. ¿Ofrecen ustedes incentivos para la atracción de capital extranjero?

R. Por supuesto, con la ordenación de nuestra economía, y por eso han empezado a afluir algunos nuevos inversores. Hemos iniciado también la privatización de muchas empresas gubernamentales. El próximo mes iniciaremos negociaciones con los bancos acreedores de la deuda exterior filipina y tenemos la esperanza de obtener condiciones, por lo menos, similares a las conseguidas por México.

P. ¿Por qué incluye la nueva Constitución, que someterá a referéndum el próximo 2 de febrero, un nuevo mandato presidencial de seis años y no espera la decisión de las elecciones generales de mayo?

P. La percepción de la gente cuando votó en las elecciones presidenciales del 7 de febrero de 1986 era que estaban convencidos de votar por un mandato presidencial de seis años, y no que votaban sólo por un presidente para un año. Bueno, la nueva Constitución lo único que amplía es por cuatro meses el mandato presidencial, ya que la próxima elección para presidente será en junio de 1992.

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