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La lluvia del fin de semana redujo a un nivel discreto la alarmante contaminación del viernes

Varias zonas del centro de Madrid registraron el viernes día 12 niveles altos de contaminación, debidos sobre todo a la concentración de dióxido de azufre y humos. La lluvia del fin de semana rebajóa un nivel medio de polución lo que parecía una situación crítica. Las glorietas de Quevedo y Atocha son las zonas más contaminadas. Las calefacciones y los coches provocan por estas fechas situaciones de alarma.

La glorieta de Quevedo es el punto negro de la contaminación atmosférica. Ayer, mientras el nivel medio de óxido de azufre en la ciudad era de 147, en la glorieta el índice llegaba a 260. El límite medio permitido es de 250."Los niveles de contaminación atmosférica registrados en Madrid durante los últimos días no son preocupantes", según declaró a Radio El País el director de servicios de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Jorge Tinas. No obstante, a las 13.30 de ayer, los niveles se elevaban hasta los 204 microgramos de óxido de azufre y 160 partículas de humo. En ambos casos se superaban las recomendaciones de la Comunidad Europea que llegan hasta los 150 microgramos. "La previsión es dificil", según Tinas, "pero de continuar la inestabilidad atmosférica, este año no habrá que tomar medidas restrictivas".

El pasado miércoles la contaminación media en el centro de Madrid se aproximó a los niveles altos: 190 microgramos de óxido de azufre por metro cúbico (250 es el nivel medio permitido) y 138 microgramos por metro cúbico de humos (150 es el nivel medio).

La glorieta de Quevedo fue ese día -como casi siempre- la más alta en óxido de azufre (234) y la de glorieta de Atocha -también como resulta habitual-, la más alta en humos (241). Ese miércoles fue el peor día, en este aspecto, de un otoño madrileño que se ha beneficiado de lluvias periódicas para reducir la contaminación.

Las estaciones medidoras del paseo de Recoletos, Glorieta de Quevedo, plaza de Marazón, plaza de Salamanca, glorieta de Cuatro Caminos, plaza de Manuel Becerra y plaza de Castilla detectaron valores altos de contaminación de dióxido de azufre. Los situados en la plaza de Carlos V o glorieta de Atocha, registraron un elevado nivel de humos.

Noviembre y diciembre son los meses críticos de la contaminación en Madrid. A los escapes de los coches se unen entonces los humos de las calefacciones de gasóleo y carbón.

A mediados de diciembre de 1985 se alcanzaron cifras elevadas: 196 microgramos de humo por metro cúbico (el nivel medio es de 150) y 326 de partículas de óxido de azufre (250 de nivel medio). Se prohibió el aparcamiento en 40 calles para mejorar el tráfico y se limitó a ocho horas el funcionamiento de las calefacciones.

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