Los 200 mercaderes de la plaza Mayor se quejan de que cada vez ganan menos
A los degustadores de bocatas de calamares, retratistas y filatélicos de la plaza Mayor se les vienen a arrimar durante el mes de diciembre los ambulantes de Navidad: 104 casetas de nueve metros cuadrados y 80 vendedores de pinos y abetos. Han hecho ya tradición en Madrid. Ahora se quejan de que, "al ser prácticamente más los costes que los ingresos", la tradición pasa por malos tiempos.
Blas Calatayud, presidente de la Asociación de Vendedores Ambulantes de la Plaza Mayor, señala tres razones que hacen daño: "La crisis general que sufrimos; la falta de difusión, y la dificultad de acceso a la plaza, originada por las nuevas,normas de ordenación del tráfico en la zona centro".Se mezclan durante un mes los artículos de broma, los tonos ocres de las figuritas del belén y los adornos dorados y plateados para el árbol.. Hay nieve, musgo y escarcha artificiales, y piedras para el río. Se venden bombones saltarines, nueces explosivas, velas mágicas, chicles amargos. El escenario se abre todos los días de diciembre, con horario ininterrumpido hasta las nueve o las diez de la noche.
Para mantener el negocio, los mercaderes de la Navidad pagan al Ayuntamiento 1.600 pesetas de alquiler de suelo por cada metro cuadrado. "Este año", explica Calatayud, "hemos conseguido una importante reducción. Quedan otros gastos: el alquiler de las casetas a una empresa privada, el consumo de electricidad, un seguro de incendios y otro de responsabilidad civil, pagar a dos vigilantes nocturnos y a la persona encargada de limpiar los pasillos interiores de las casetas". El presidente de la Asociación calcula los gastos globales que tuvieron el año pasado en 110.000 pesetas por módulo.
De las más veteranas es la señora María, María Corsino, de 73 años, que vende artículos de broma. Comparte con su marido la tarea de comercializar la Navidad desde antes de la guerra civil. Al hablar, pasa escueta revista a la historia del mercado: cuando estaba en la calle de Esparteros y en la plaza de Santa Cruz, y fue trasladado a los laterales de la plaza Mayor, en vez de ocupar la zona central como ahora.
En la plaza Mayor, se puede comprar un nacimiento de siete figuras por 35.500 pesetas. No asustarse. Hay también "ovejas clásicas o de fantasía por 35 pesetas; pastores, lavanderas y soldados por 70, y el- Niño Jesús, por 50". Un árbol sintético puede alcanzar las 10.000 pesetas, aunque los hay a 350 pesetas. Si se decide.por los árboles naturales, con cepellón incluido, la factura es de 1.500 pesetas para arriba.
Juan Manuel Losada, que lleva 25 años vendiendo árboles de Navidad, no duda al decir que la exigencia del cepellón ha multiplicado los precios por cuatro o cinco. Los abetos los traen de Segovia; los pinos, de Vizcaya. Otro vendedor se queja de que no se pueda vender acebos, "dicen que es comida de pájaros". Y añade: "Esto está muy triste. Ni punto de comparación con antes, cuando la plaza parecía la sierra".
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