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La coordinadora estudiantil francesa se autodisuelve

Lluís Bassets

La coordinadora nacional de los estudiantes franceses, que reúne a 300 representantes de todas las universidades, acordó su disolución en la última asamblea celebrada en París, que empezó a las dos de la tarde del jueves y terminó a la una de la madrugada del viernes. La coordinadora ha convocado unos nuevos estados generales para marzo, a fin de elaborar una alternativa a la actual Universidad a partir de los trabajos de reflexión que se celebren en cada centro.

Los estudiantes acordaron extremar la vigilancia en torno a dos puntos: la constitución de una comisión formada por personalidades independientes para investigar las violencias policiales de los últimos días y los intentos de reformar la Universidad que puedan llevar una direccion similar a la ley Devaquet. Cualquier tipo de consenso sobre la reforma universitaria realizada antes de los estados generales de marzo será considerada como no representativa e ilegítima. El ministro de Educación- nacional, Rene Monory, había anunciado precisamente su deseo de concertar un nuevo proyecto de reforma con todos los estamentos universitarios.La disolución de la coordinadora de estudiantes fue combatida por algunos sectores próximos al Partido Comunista y recibió el apoyo de las restantes fuerzas políticas con presencia en la Asamblea. Los socialistas de UNEFIDE (Unión Nacional de Estudiantes Franceses-Independiente y Democrática) se mostraron partidarios de la disolución, entre otras razones porque su sindicato es la organización con más posibilidades de capitalizar este movimiento.

UNEF-IDE fue el impulsor inicial de las movilizaciones, lanzando la discusión del proyecto de ley de Alain Devaquet en las universidades. Cuando el movimiento estuvo ya organizado, la UNEF-IDE dejó de aparecer en primer plano de la oposición a la ley para no sustraer protagonismo a la coordinadora nacional. El propio presidente del sindicato, Philippe Darruielat, conocido como Radiola por los estudiantes, no quiso participar en el órgano máximo de dirección para no ofrecer una imagen de manipulación socialista del movimiento. Después de la victoria sobre la ley Devaquet, se ha creado un clima propicio a la unidad sindical estudiantil.

La desaparición de la coordinadora "es el símbolo de la victoria" del movimiento, según el comunicado final. Con esta decisión se quiere evitar la burocratización. Ahora, una vez disuelta, las decisiones están en manos de las asambleas generales de cada una de las universidades, que deberán elegir de nuevo sus delegados para los estados generales de marzo.

Numerosas comisiones, grupos de trabajo e incluso una asociación que se denomina Materia Gris, con ramificaciones en distintos centros, han aparecido en las tres semanas de huelgas y movilizaciones. Habrá que contar además con los partidos políticos, que tienen una implantación nada despreciable después de este movimiento.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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