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La Guardia Civil aborta las acciones de protesta en Riaño

Fuerzas de la Guardia Civil tomaron ayer por segundo día consecutivo la localidad de Riaño para proceder al desalojo de otras 12 viviendas y seis inmuebles de un total de 81 edificios afectados por el trazado del viaducto que atravesará en el futuro el embalse. Media docena de jóvenes del pueblo intentó impedir la demolición de las casas subiéndose a los tejados, de donde fueron conminados a bajar por la Guardia Civil, que previamente había derribado a hachazos la puerta del edificio, aunque ayer no llegó a disparar un solo bote de humo.

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Según fuentes del Gobierno Civil de León con la operación de derribo de 12 viviendas, prevista para ayer, habría concluido una primera fase de intervención sobre Riaño; pero cuatro de ellas permanecieron en pie porque la falta de luz impidió terminar la tarea.Dos de los jóvenes que se habían atrincherado en los tejados, cubiertos de plástico para protegerse de la helada y la lluvia que cayó a intervalos a lo largo de la mañana, fueron detenidos y conducidos al juzgado de la localidad próxima de Cistierna en un coche celular. Se trata de Jesús Manuel Álvarez y José María Alonso, ambos de 30 años y miembros de la Comisión de Afectados de la Comarca de Riaño (Cacor).

A última hora de ayer continuaban detenidos, aunque las otras cinco personas arrestadas el miércoles en idénticas circunstancias se encontraban ya en libertad.

Según Ángel Méndez, otro riañés que acompañaba en el tejado a los detenidos, su medida de presión se vio desbaratada por la contundencia de la Guardia Civil. "Yo estaba en el tejado con Jesús y Chema cuando vimos que la Guardia Civil derribaba la puerta de la casa a hachazos. Entonces bajé corriendo para coger unas cuerdas y atarnos, como habíamos decidido en una reunión que tuvimos el miércoles por la noche. Pero fue imposible, porque vi que habían entrado muchos guardias civiles y subían ya por las escaleras. Un policía me dijo que o bajábamos o usaban la fuerza, así es que bajamos".

Los periodistas desplazados a Riaño no dispusieron ayer de otros datos sobre los desalojos que los aportados por los propios vecinos, ya que el cerco policial, sumamente aparatoso y que incluía, al igual que el miércoles, un equipo de artificieros para desactivar explosivos, impidió a cualquier persona aproximarse a menos de 100 metros de la zona donde se desalojaban las viviendas.

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Pese a que a las 10.30 comenzaron a sonar las campanas, confundidas con el sonido de algunas cacerolas golpeadas por varias mujeres, el desconcierto se había apoderado ya el miércoles de todos los habitantes de Riaño. "En el País Vasco no habría pasado esto", gritaban los vecinos más decididos a unos 50 metros del cerco formado por la Guardia Civil.

Valentín Alonso, concejal de AP del Ayuntamiento de Riaño, aparecía especialmente abrumado en el Ayuntamiento buscando en la ley de Bases de Régimen Local algún remedio para la situación caótica del pueblo, ante la ausencia del alcalde, Guillermo Hernández, de AP, que permaneció ilocalizable hasta las tres de la tarde de ayer.

"¿Y los ecologistas, me quieres decir dónde están?". "¿Y los de los demás pueblos que van a ser inundados?". "Ya les tocará a ellos, el que tenía que estar es el alcalde". Esta conversación, mantenida por dos vecinas de Riaño ante la puerta del Ayuntamiento, se producía pasado el mediodía de ayer, momentos después de que una docena de guardias civiles con abundante material antidisturbios rodeara la plaza Mayor con la intención aparente de desalojar a las dos o tres personas que mantenían en estado de alerta el pueblo haciendo sonar las campanas.

A última hora de ayer, y pese a la resistencia de los vecinos, continuaba el desalojo de las viviendas cuya demolición estaba prevista, y se reprodujeron las protestas de algunos ecologistas integrantes de la Coordinadora de Defensa de los Valles y de los verdes de León.

Por otra parte, Izquierda Unida presentó ayer en el Congreso dos preguntas dirigidas al Gobierno en torno al conflicto de Riaño. En la primera se expresa lo siguiente: "¿Tiene intención el Gobierno de paralizar el proyecto de embalse de Riaño hasta que se produzca un debate que valore en profundidad las ventajas e inconvenientes del citado proyecto?". Por su parte, el diputado de IU Manuel García Fonseca preguntará al Gobierno, esta vez en el seno de la Comisión, de Obras Públicas -la anterior será expresada en el Pleno- si el Ejecutivo mantiene su propósito de continuar el proyecto del embalse "a pesar del desastre ecológico que ello implica y las repetidas protestas de la población afectada".

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