Los socialistas intentan evitar que el Partido Nacionalista Vasco pase a la oposición
El Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) intenta convencer al lendakari saliente, José Antonio Ardanza, de que no pase con su grupo parlamentario a la oposición y acepte gobernar en coalición, con algún apoyo procedente del Grupo Mixto si fuese necesario, a cambio de concesiones en el desarrollo del Estatuto de Gernika. El candidato socialista, Txiki Benegas, ha pedido a Ardanza que influya para que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) no tome una decisión precipitada. Personalidades socialistas han iniciado contactos con afiliados del PNV próximos al lendakari para insistir en el mismo sentido.
José Antonio Ardanza telefoneó el lunes de madrugada a Benegas para felicitarle, después de haber declarado en una conferencia de prensa celebrada en Vitoria que mantiene el criterio expuesto durante la campaña, favorable a pasar a la oposición al haber obtenido su candidatura menos diputados que la del PSE-PSOE. El candidato socialista le pidió que no se precipitara y que influyera sobre el PNV para que éste no adopte una decisión definitiva antes de mantener conversaciones y conocer el alcance de la oferta socialista.En la misma madrugada, influyentes personalidades socialistas iniciaron contactos con afiliados del PNV muy próximos al lendakari Ardanza para hacerles saber que el PSOE está dispuesto a efectuar concesiones importantes a cambio de que el PNV no abandone las responsabilidades de gobierno en la comunidad autónoma y pase a ejercer la oposición.
Los socialistas tratan de hacer ver al PNV que Garaikoetxea y su partido, Eusko Alkartasuna, pueden fortalecerse aún más en las inmediatas elecciones municipales y provinciales, a costa del PNV, si el PSE-PSOE se ve forzado a pedir su colaboración para poder formar Gobierno. De hecho, el PNV parece haber abierto un compás de espera y reflexión. Su presidente, Xabier Arzalluz, ha aplazado hasta el próximo 17 de diciembre un almuerzo-coloquio que debía protagonizar en el club Siglo XXI, de Madrid, mañana mismo, para analizar los resultados de la consulta del domingo.
Control de diputaciones
El fuerte revés sufrido por el PNV el domingo, al perder 15 diputados y más del 18% de los votos emitidos, puede trastocar las relaciones entre las instituciones vascas desde junio próximo, cuando se renueven las diputaciones, las juntas generales (Parlamentos provinciales) y las diputaciones forales.El PNV, hasta ahora hegemónico en las tres diputaciones, sólo ganó el domingo en Vizcaya, mientras en Álava se imponía el PSE-PSOE y Eusko Alkartasuna se convertía en la primera fuerza de Guipúzcoa. El partido de Carlos Garaikoetxea ha obtenido también el mayor número de votos en 37 municipios de esta provincia, incluida la capital, San Sebastián, donde el PNV cae a la quinta posición, por detrás del PSE-PSOE, Herri Batasuna (HB) y Euskadiko Ezkerra (EE). La división del nacionalismo moderado ha permitido a HB ganar el primer puesto en 26 municipios, mientras el PSE-PSOE es el primer partido en 8 y el PNV en 11.
La erosión del PNV ha sido mucho menor en Vizcaya, donde conserva el primer puesto en 79 municipios, incluido Bilbao. El PSE-PSOE ha ganado en 14, HB en 7 y EA en dos. También en Álava el PNV mantiene el primer puesto en 43 municipios. El PSE-PSOE pasa a ser el partido ganador en Vitoria y otros dos municipios, EA y Coalición Popular (CP) son los partidos más votados en dos poblaciones cada uno y HB sólo consigue la primera plaza en Llodio.
En conjunto, la división del nacionalismo moderado en dos ofertas políticas competidoras ha supuesto a este sector político una pérdida de sólo el 2,5% de los votos emitidos, en relación a las autonómicas de 1984, y de un diputado. La proporción de votos que ceden el PNV y EA es casi idéntica a la que gana HB (2,8%), aunque la coalición abertzale radical haya sumado dos nuevos escaños.
Por primera vez, la concentración de los votos de algunas formaciones en determinadas provincias ha alterado la proporcionalidad en el reparto de escaños. El PSE-PSOE consigue 18 diputados, uno más que el PNV, con 18.249 votos menos, y EA, con 18.422 votos menos que HB, obtiene 14 escaños, uno más que la coalición, cuyo grupo parlamentario queda desplazado a la cuarta plaza.
La práctica desaparición de la derecha conservadora representada por CP, que pierde respecto a las anteriores autonómicas un 4,51% del total de los votos emitidos, y el 5,7% si la comparación se establece con las legislativas de junio pasado, ha proporcionado votos al partido socialista, en mucha mayor medida que al CDS, que también ha sufrido una pérdida desde junio pasado. Pese a este flujo de papeletas alineadas con Txiki Benegas como candidato más cualificado para desplazar del poder al nacionalismo, el Partido Socialista de Euskadi-PSOE ha cedido el 1% de los votos emitidos respecto a 1984.
El beneficiario parece EE. El partido de Bandrés aumenta casi tres puntos sobre las anteriores autonómicas (38.000 votos) y suma tres nuevos diputados, a base de atraer electores de la izquierda sin posibilidad de alcanzar representación parlamentaria (Izquierda Unida y el Partido Comunista de Euskadi, carrillista) y de una desviación hacia sus candidaturas de una parte del voto de izquierda y autonomista que retenía PSE-PSOE.
Por su parte el presidente del Gobierno, Felipe González, manifestó ayer en Madrid, en el palacio del Pardo, al termino de la visita de cortesía que realizó al presidente del Zaire, que la victoria socialista en el País Vasco "arrastra la lógica democrática que esperamos". Comentó que el nivel de participación en las elecciones del pasado domingo ha sido "extremado" al tiempo que resaltó la tranquilidad que acompañó toda la jornada. Con respecto al número de escaños obtenidos por HB, González declaró "está al mismo nivel que estaban y no hay otra valoración, los ciudadanos son muy libres para tomar sus decisiones".
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