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LA CRISIS DE LA DERECHA

El Gobierno y dirigentes de Alianza Popular consideran todavía abierta la 'operación Matutes'

La operación Matutes, consistente en colocar al comisario europeo Abel Matutes en una vicepresidencia ejecutiva de Alianza Popular (AP) como primer paso hacia la sucesión de Manuel Fraga Iribarne en el liderazgo del principal partido de la oposición conservadora, "no se ha cerrado del todo todavía". Así lo creen tanto dirigentes aliancistas como medios gubernamentales, que admitieron que el presidente del Ejecutivo, Felipe González, ha mantenido recientemente "algún encuentro sin publicidad" con Matutes. El comisario europeo convocó ayer inesperadamente una conferencia de prensa en Bruselas para informar a los periodistas de que Fraga le había comunicado su decisión de dimitir y puntualizar que a él le gustaría "agotar su mandato", que concluye a finales de 1988. Matutes se entrevistó con Fraga reservadamente en numerosas ocasiones, la última de ellas, en Bilbao, precisamente la víspera del cierre de la campaña electoral vasca.

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Fuentes aliancistas creen saber que las presiones sobre Abel Matutes para que regrese a Madrid, abandonando su puesto en Bruselas, continúan todavía, tras dos meses de negociaciones y pese a la reticencia con que Matutes ha acogido estas ofertas. Tanto dirigentes de AP como medios gubernamentales piensan que el comisario europeo, que abandonó la vicepresidencia de AP para pasar a ocupar su cargo en Bruselas es aún "una pieza fundamental" para una operación de "sucesión escalonada de Fraga". Matutes señaló ayer en Bruselas que los resultados de las elecciones vascas "no han sido buenos" para Coalición Popular, pero que elle no permite extrapolarlos al resto de España.El Gobierno socialista, por su parte, "ve con buenos ojos" la figura de Matutes y así lo han comunicado privadamente a algunos interlocutores, en las últimas semanas, personas consideradas próximas a González. La posición comunicada por la Moncloa es que el Gobierno, "aunque siguiendo con preocupación la crisis de la oposición -véase, si no, la afluencia a la manifestación ultraderechista del pasado 23 de noviembre (con motivo del aniversario de la muerte de Franco)-, mantiene una neutralidad exquisita".

El Gobierno quiso así salir al paso de los ataques procedentes de sectores críticos de AP, que, como el ex militante Gabriel Camuñas, señalaron, cuando comenzaron los rumores sobre la existencia de la operación Matutes, que "los socialistas quieren ahora nombrar hasta al líder de la oposición", agregando que Matutes es una figura manejable para el PSOE. La "exquisita neutralidad" no quiere decir, añaden las fuentes gubernamentales, que González y Alfonso Guerra no hayan seguido atentamente el desarrollo de esta crisis.

El presidente del Ejecutivo, Felipe González, se entrevistó en varias ocasiones con Matutes en los últimos meses, cuando arreciaron los rumores acerca de una posible dimisión je Manuel Fraga si éste no obtenía suficiente financiación para su partido. La última entrevista reservada que mantuvieron González y Matutes se produjo el día 30 de octubre, coincidiendo con el estallido de la crisis en la Xunta, según confirmaron en la Oficina del Portavoz del Gobierno. El encuentro entre el presidente del Gobierno y el comisario europeo se celebró varios días después de que González prometiese a Fraga, en el curso de una conversación telefónica, darle "el máximo apoyo posible" para ayudarle a solucionar la crisis económica que atraviesa Alianza Popular.

De hecho, la elaboración por el Grupo Parlamentario Socialista de una proposición de ley de financiación de los partidos políticos -que, en la práctica, supondrá más que duplicar las cantidades que los partidos perciben del Estado- está íntimamente relacionada con esta ayuda, de acuerdo con la opinión unánime de todos los grupos en el Congreso de los Diputados.

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La oferta de Fraga

La solución Matutes fue una iniciativa de Fraga, quien, desanimado ante las malas perspectivas de financiación con que se encontraba su partido y pensando en abandonar la política activa, ofreció a comienzos de octubre al comisario europeo que se hiciese cargo de AP. Matutes pidió a Fraga un tiempo de reflexión, período en el que la noticia de la oferta de Fraga se filtró a diversos medios políticos, entre ellos la Moncloa, lo que aumentó las reservas del comisario europeo.

Posteriormente se abrió paso la posibilidad de contar con Matutes como vicepresidente ejecutivo en AP, bajo la presidencia de Fraga, reforzando el partido con figuras como Carlos Ferrer Salat -con quien Matutes se entrevistó recientemente- o Rodolfo Martín Villa. Las ofertas que se han realizado desde AP a este último van desde la candidatura a la presidencia de la Junta castellano-leonesa hasta la secretaría general del partido.

El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), José María Cuevas, muy relacionado con Martín Villa y Ferrer Salat, aunque mantuviese un serio enfrentamiento con Matutes hace un año, a raíz de la designación del último como comisario europeo, no ha sido ajeno a estos intentos de potenciación de AP, según reconocen medios aliancistas, del Partido Demócrata Popular (PDP) y de la propia CEOE. Cuevas es, junto con el futuro presidente de Banesto, José María López de Letona, uno de los principales apoyos con que cuenta Fraga en el mundo económico; el propio Cuevas ha manifestado este apoyo a la "continuación" de Fraga, si bien se ha mostrado en privado partidario de una "reorganización de las estructuras jerárquicas" en AP.

Martín Villa y Ferrer Salat, los deseados

Rodolfo Martín Villa y Carlos Ferrer Salat han sido, junto con Abel Matutes, dos de las piezas más codiciadas por Manuel Fraga en los últimos meses para potenciar Alianza Popular (AP). El primero, dirigente del Partido Demócrata Popular (PDP) y presidente del mismo en Castilla y León, ha desoído reiteradamente los cantos de sirena que le llegaban desde la sede central aliancista. Pero, a la vez, mantenía una actitud de indisimulado disgusto ante la iniciativa de su jefe político, Óscar Alzaga propiciando la ruptura de la Coalición Popular con AP.Más recientemente, Martín Villa se mostraba reticente a aceptar la candidatura del PDP a la presidencia de la Junta de Castilla y León en las elecciones del mes de junio. Argumentaba Martín Villa a los dirigentes del PDP que dos candidaturas separadas de centro-derecha se anularían entre sí en dicha consulta, máxime cuando también el CDS, de Adolfo Suárez, recogerá votos conservadores, probablemente con Rafael Calvo Ortega como candidato.

Sin embargo, ahora, con la dimisión de Fraga, el cándidato aliancista a la Junta de Castilla y León, José María Aznar, se ve desprovisto de casi toda su fuerza y las posibilidades de Martín Villa con el PDP se potencian.

El empresario y ex presidente de la CEOE Carlos Ferrer Salat fue tentado en diversas ocasiones para que se incorporase a un puesto de liderazgo en AP. El propio Matutes le cedió, hace dos años, su vicepresidencia aliancista, pero, finalmente, Ferrer no aceptó, ante las presiones en contra de otros dirigentes del partido de Fraga, como Alfonso Osorio y Miguel Herrero.

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