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Los afectados por la bomba caída en Moratalaz protestan por la indemnización recibida

Amelia Castilla

Las tres familias cuyas viviendas del barrio de Moratalaz resultaron dañadas hace un año por una bomba inerte de 12 kilos de peso que se desprendió de un cazabombardero Phantom no están de acuerdo con la indemnización que les ha entregado en principio el Ministerio de Defensa. Los afectados, que han percibido la cantidad de 700.000 pesetas entre todos, consideran esa cantidad "insuficiente", y esperan que se resuelva su caso en la jurisdicción militar.

El piloto del cazabombardero despegó a las 13.04 del 26 de noviembre del pasado año de la base de Torrejón de Ardoz. Volaba a una altura de 5.000 pies (1.700 metros) y se dirigía al polígono de Caldet (Teruel) para realizar ejercicios de tiro. Las malas condiciones climatológicas le obligaron a regresar a la base. De vuelta a Torrejón, el piloto comprobó que había perdido el proyectil, pero no sabía dónde. Un fallo mecánico de los enganches que sujetaban la bomba al fuselaje del avión había provocado su caída.La bomba desactivada había caído en el populoso distrito de Moratalaz, donde habitan más de 150.000 personas. Los habitantes de los números 8 y 10 de la calle de Mérida salieron despavoridos de sus casas al sentir que se movía el suelo de sus viviendas. Los vecinos lo describieron como "un ruido ensordecedor seguido de una fuerte vibración". Un año después, Pilar Muñoz, en cuya vivienda del tercer piso quedó alojado el proyectil, no quiere ni acordarse del susto, aunque reconoce que tiene motivos para pensar en ello con frecuencia.

"El Ejército nos recibió con muy buenas palabras, y al día siguiente se presentaron los albañiles para tapar los huecos de las paredes, pero después empezaron los problemas", dijo Pilar. "Hubo que cambiar moquetas, pintar y comprar enseres y muebles que habían sido dañados. Querían pagar las cosas al precio que las compramos, y eso es imposible". Pilar tuvo que reponer el mueble con dos camas y una estantería que tenía en el cuarto del niño, y sólo eso le supuso 214.000 pesetas, "más del dinero que he percibido". Pilar, que lleva 14 años casada y tiene dos hijos, perdió también su traje de novia, y eso, a su juicio, "no se puede pagar con dinero".

Su vecino del número 4 -la casa por la que entró el proyectil antes de atravesar las paredes de otras dos viviendas- es de la misma opinión que Pilar. "A nosotros nos han dado 95.000 pesetas, y entre daños y perjuicios tenemos gastos que superan las 300.000 pesetas".

El Ejército del Aire espera que sea el juzgado el que decida el importe de lo solicitado por los afectados. Las familias presentaron una reclamación en la comisaría, que actualmente estudia la jurisdicción militar, según un portavoz del Ministerio de Defensa.

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