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El Gobierno de Brasil liberaliza los precios y mantiene el control de los salarios

, Cambios sustanciales han sido introducidos en el Plan Cruzado, el programa de reforma económica anunciado en Brasil con mucha pompa y circunstancia hace nueve meses. Pasadas las elecciones del sábado día 15, y cuando el recuento oficial de los votos todavía no había terminado, el programa económico que congelaba precios y salarios fue modificado por el Gobierno. A partir de esta semana, lo único que sigue congelado en Brasil son los salarios. Treinta y cinco decretos publicados el pasado lunes cambian totalmente el panorama. Hay aumentos de hasta un ciento por ciento, y los artículos que siguen con precios controlados no se encuentran en los comercios, a menos que el consumidor se disponga a pagar un sobreprecio, que muchas veces llega al 50%.

Volvieron también las minidevaluaciones del cruzado, que nació el 1 de marzo como supuesta moneda fuerte para reemplazar al debilitado cruceiro. La explicación oficial del equipo económico para las drásticas modificaciones es la necesidad de frenar el consumo interno, el crecimiento de la economía y forzar un aumento de las exportaciones. Las reservas brasileñas de divisas bajaron de manera dramática yen el último trimestre, así como el saldo de la balanza comercial. Brasil tenía previsto un superávit de 12.000 millones de dólares en su balanza este año y difícilmente podrá superar los 10.500 miIlones.Las medidas, pese a un anuncio anterior de reajustes en la política económica, sorprendieron a los brasileños. Hace menos de 10 días, todo el país dio la victoria electoral al partido mayoritario del Gobierno, el PMDB, cuya bandera electoral fue precisamente el plan cruzado. Varios signos de revuelta surgieron a lo largo de la nación. Irónicamente, varios de los gobernadores electos gracias a la propaganda de las bondades del plan cruzado se manifiestan ahora duros críticos de la postura asumida por el Gobierno de esperar el fin de las elecciones para decretar las que quizá sean las más duras medidas de los últimos tiempos. Los dos principales dirigentes de la oposición, el gobernador de Río, Lionel Brizola -derrotado en las urnas-, y el dirigente del Partido de los Trabajadores Luis Ignacio Lula da Silva, criticaron duramente el plan cruzado desde un principio. Brizola llegó a decir que el presidente Sarney tuvo una actitud "hipócrita" a lo largo de la campaña. Los sindicatos se encuentran en estado de ebullición. Según el plan cruzado, los sueldos serían reajustados automáticamente cada vez que la inflación llegase al 20%. La medida sigue en vigor, pero el Gobierno cambió el método de medir el índice inflacionario. No se sabe cuándo la inflación podrá oficialmente llegar al 20%. Economistas de izquierda ven en esa medida la mayor congelación salarial de la historia contemporánea de Brasil.

Los combustibles subieron un 60%; las comunicaciones, el 30%; el correo, un 90%; la energía eléctrica, un 35%; los cigarrillos, el 120%; los automóviles, el 105%, y los camiones, el 50%. Pero el Gobierno insiste en decir que nada de eso irá a alterar el índice de precios al consumo.

Cosecha de café

Por otro lado, la fuerte sequía que afecta a las regiones productoras de café ha aumentado los temores de que, por segundo año consecutivo, la cosecha no llegue a los límites fijados. Una sequía de siete meses devastó el pasado año la cosecha brasileña de café, por lo que la producción fue de sólo 11,2 millones de bolsas de 60 kilos, cuando en 1984 se recogieron 30 millones de bolsas.La sequía de 1985 tuvo graves consecuencias en la economía brasileña, además de provocar la compra de 600.000 bolsas (36.000 toneladas) de café en el mercado londinense. Los productores de café se han negado a dar previsiones sobre la cosecha de este año, pero han afirmado que como máximo, y siempre que llueva, se recogerán 26 millones de bolsas. La cosecha media de Brasil se calcula en 35 millones de bolsas.

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