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Los socialistas mantienen la mayoría relativa en Austria, aunque con fuertes pérdidas

HERMANN TERTSCH, ENVIADO ESPECIAL, El partido socialista (SPOE) logró ayer, aunque con fuertes pérdidas, mantener la mayoría relativa en las elecciones generales austriacas, debido a que su principal oponente, el partido popular (OEVP), de tendencia democristiana, también sufrió un grave descalabro electoral. El SPOE, con el canciller federal, Franz Vranitzky a la cabeza, ha conseguido evitar una derrota catastrófica que parecía segura tras la rotunda victoria del conservador Kurt Waldheim en las elecciones presidenciales en junio pasado.

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Sin embargo, ambos grandes partidos perdieron gran número de electores ante los dos pequeños, el liberal (FPOE) y, los verdes, que entran por primera vez en el Parlamento austriaco. La gran sorpresa de las elecciones celebradas ayer fue el enorme incremento del voto al partido liberal, encabezado por el joven político Joerg Haider, de 36 años, conocido por sus simpatías por la extrema derecha pangermanista. El partido socialista ha logrado el 43,3% de los votos emitidos, un 4,3 por ciento menos que en las anteriores elecciones legislativas en 1983. El partido popular, con el 41,29%, perdió 1,9 puntos frente a 1983. Los liberales de Joerg Haider, recibieron el 9,72 %, duplicando casi su resultado anterior. Los verdes entran por primera vez al Parlamento de Viena con el 4,63 % de los votos.El SPOE ha perdido 10 escaños de los 90 que ocupaba en el parlamento de Viena. El OEVP logró 76 escaños frente a los 81 que ostentaba. El partido liberal amplía en seis, hasta 18 escaños, su presencia parlamentaria y los verdes conquistaron nueve.

El canciller federal Franz Vranitzky, que en cinco meses en el poder ha logrado evitar la espectacular derrota que se perfilaba, anunció ayer en una primera reacción a los resultados que comenzará negociaciones con los democristianos del OEVP para formar una gran coalición y rechazó de nuevo toda posibilidad de una alianza con el liberal Joerg Haider. En el partido socialista era patente ayer el alivio que ha supuesto este resultado que les permitirá seguir dirigiendo el próximo gobierno.

Alois Mock, el candidato a la cancillería del partido popular OEVP, era ayer el gran derrotado. Por quinta vez consecutiva, el OEVP fracasa en sus intentos de conertirse en el mayor partidoaustriaco. No obstante, Mock desminfió ayer su retirada de la vida política que se había V a*ticinado para el caso de que no obtuviera la victoria que hace pocos meses parecía segura.

Tras 16 años de oposición y con la imagen gravemente deteriorada de los socialistas, Alois Mock no ha sido capaz de conquistar credibilidad como alternativa al SPOE. "Está claro que pese a la sensacional pérdida de votos de los socialistas, no hemos logrado nuestro objetivo".

El gran triunfador, Joerg Haider, se mostró ayer "sorprendido" por su éxito y anunció una lucha contra "el avasallamiento de los partidos tradicionales" que, según dijo, "se han repartido elegantemente las prebendas en este Estado". Haider rechazó las críticas que le tachan de ultraderechista y manifestó que "ya está bien de tanta tontería".

Entablar negociaciones

Haider se mostró abierto a entablar negociaciones de coalición con cualquiera de los dos grandes partidos y respecto a la tajante negativa de Vranitzky a hacer una alianza con él.

El auge del partido liberal con Joerg Haider a la cabeza, no se achacaba ayer en Viena sólo al voto de la extrema derecha que, cómo ya anunció el presidente del partido neonazi NDP, le ha apoyado. Muchos electores desconentos con los dos partidos tradicionales se decidieron por un voto de castigo apoyando al joven abogado, como otros lo hicieron votando a los verdes. Éstos no han logrado irrumpir con la fuerza que esperaban en el Parlamento debido a que la presentación de sus candidaturas estuvieron precedidas de grandes luchas internas que acabaron en la presentación de varias listas ecopacifistas en diversos Estados federados. En todo caso, como señalaba ayer el secretario del SPOE, Heinrich Keller, ha causado preocupación el gran éxito de Haider.

Se confirma el claro resquebrajamiento de los dos partidos tradicionales austriacos. El eco que ha tenido finalmente la campaña unidimensional y demagógica de Haider, un candidato que terminó, nadie sabe si por casualidad, su campaña electoral en Braunau, el pueblo natal de Adolfo Hitler, desmuestran, si no el potencial de la extrema derecha, sí el hecho de que, como se vio ya con la elección de Waldheim a la jefatura del Estado, los austriacos ya no descalifican por principio a alguien que pone en duda el consenso antifascista sobre el que se basa la creación del Estado austriaco. Haider ha insistido en su campaña en que no permitirá que se ataque a los austriacos que lucharon valientemente en la II Guerra Mundial en el bando nazi.

También son bien conocidas sus arengas contra la extranjerización de Austria y especialmente contra los derechos de la minoría eslovena en Carintia. En este estado, Haider consiguió el 20,9%, más del doble de su resultado medio austriaco.

Uno de los principales columnistas austriacos, Hans Rauscher, ha comentado que este país hace tiempo que ha dejado de ser la "isla de los felices". Han surgido nuevos fantasmas olvidados desde los años treinta; entre ellos, la descalificación de los grandes partidos democráticos que ha practicado con éxito Haidr. Rauscher aboga por una gran coalición para evitar que Austria quede definitivamente desmembrada de Occidente.

Dada la negativa rotunda del SPOE a entablar contactos con Haider, los dos grandes partidos deberán llegar a un acuerdo para formar una, coalición que permita afrontar los garves problemas económicos y de reestructuración pendientes en el país. De no llegar a un acuerdo es poco probable que el OEVP, con Alois Mock pudiera formar una coalicíon con el FPOE capaz de afrontar las reformas con la oposición de socialistas y los potentes sindicatos.

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