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Juan Miguel Torres y José Luis Gilolmo

Cambiaron la toga de abogado laboralista por la de magistrado de Trabajo

Juan Miguel Torres y José Luis Gilolmo acaban de ingresar en la carrera judicial por el turno de "juristas de reconocida competencia", sin pasar por la oposición y con los números 2 y 3 en el concurso de méritos celebrado. Ambos, ex militantes del PSOE y del PCE, respectivamente, cambian la toga de abogado laboralista por la de magistrado de Trabajo para continuar luchando por los trabajadores, porque, dice Gilolmo, "el principio de igualdad me obsesiona", y, según Torres, "mi aspiración es ser justo".

Torres, alicantino de 35 años, soltero, no ve el riesgo de que se pierda la necesaria ecuanimidad al trasladar a la actuación del magistrado los esquemas del abogado laboralista. "Por el contrario, los años de ejercicio de la abogacía proporcionan", dice, "un conocimiento mucho mayor del justiciable y permiten cumplir menor la aspiración de intentar ser justo".Fundador, en 1976 del primer despacho de UGT, afiliado al PSOE hasta 1977 y durante 11 años abogado, Torres niega que estos antecedentes inclinen la balanza, un tanto demagógicamente, del lado del trabajador cuando, en los próximos días, comience a ejercer como magistrado de Trabajo número 2 de San Sebastián. "Yo pienso ser un magistrado técnico, no demagógico", asegura. "Además, el objetivo del ordenamiento laboral es atemperar la desigualdad existente, por lo que bastará con aplicar la ley, que tiene solución para todo".

Gilolmo, madrileño de 40 años, casado y con dos hijos y con 15 años como abogado laboralista a sus espaldas, deja un boyante despacho y su cargo de tesorero del Colegio de Abogados de Madrid para incorporarse como titular de la Magistratura de Trabajo número 1 de Santa Cruz de Tenerife, en donde, dice, "creo que ganaré menos dinero". Entonces, ¿por qué? "Porque, modestamente, quiero contribuir en favor de una renovación en la judicatura. Si es cierto", explica, "que existe cierto cambio y una nueva sensibilidad, estoy dispuesto a echar una mano para sacar a la administración de justicia de su lamentable situación.

Gilolmo afirma que las magistraturas de trabajo "son un desastre y su funcionamiento caótico, por mil factores; lo sufren los trabajadores y atenta contra el principio de igualdad, que me obsesiona". Gilolmo quiere que se sepa que colaboró con CC OO y que ha sido militante del PCE "hasta ayer, porque la ley me lo impide".

Al guateque / banquete, organizado por los abogados laboralistas de Madrid como despedida a Torres y Gilolmo, asistieron, en la noche del jueves último, unos 250 compañeros y amigos. En nombre de todos, Nacho Montejo. les entregó sendas carteras con "el material imprescindible para un buen magistrado constitucionalista", y lo mostró a la concurrencia: las constituciones españolasdesde la de 1812, "para que se inspiren eri la republicana"; el boletín de inscripción a Jueces para la- Democracia; las leyes sociales, "por si no las tienen en la Magistratura", y una pluma estilográfica "para que hagan bellas sentencias".

La abogada Cristina Almeida les despidió diciéndoles: "No queremos que seáis magistra dos sabios y asépticos, sino jus tos y sin miedo al compromiso". Y la juez Manuela Carmena les recibió así en el regazo de la Magistratura: "En menudo lío os habéis metido".

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