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El grupo KIO se presentó ayer a Escámez como comprador del 5% de las acciones del Banco Central

El presidente, el vicepresidente y el director general del Kuwait Investment Office (KIO), grupo dependiente del Ministerio de Finanzas kuwaití, se reunieron ayer con la alta dirección del Banco Central para presentarse oficialmente como compradores últimos del 5% de las acciones del primer banco. La operación se cerró hace un mes a través de la sociedad suiza GSM Segurities Management AG. Según pudo saber este periódico, en el contrato privado de compraventa figura una cláusula en la que se afirma que KIO podría enajenar las acciones si en dos años variase la "alta dirección" del Central

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A las nueve de la mañana de ayer, y durante una hora, el presidente, vicepresidente y director general del grupo KIO, de nacionalidad kuwaití, se presentaron en sociedad, como primeros accionistas de la entidad, al presidente del Banco Central, Alfonso Escámez. Acompañaron a Escámez el consejero delegado del banco, Epifanio Ridruejo, y el director general, Luis Blázquez.Hasta ayer, la personalidad de los protagonistas últimos de la compra del 5% de las acciones del Banco Central había permanecido en una nebulosa. La versión oficial de los hechos fue que los compradores pertenecían a la compañía instrumental suiza GSM Securities Management AG sin ofrecer mayores explicaciones.

El mismo Ridruejo comentó en más de una ocasión que él no conocía más comprador que los suizos. Posteriormente circuló la versión de que estos últimos representaban intereses kuwaitíes diversos, de carácter privado. Incluso se desmintió, de modo más formal que real, que fuese KIO la entidad inversora, en el Central.

A mediados de octubre se firmó en Barcelona una de las operaciones financieras más sorprendentes de los últimos tiempos: el Banco Central sedesprendía de un 5% de su autocartera y se la vendía a una sóla persona física, el grupo KIO, a través de la sociedad suiza GSM Securities Managernent, AG, representada en España por la sociedad Quail España, SA.

La operación suponía el movimiento de más de 3,4 millones de acciones (de la sociedad de cartera Española de Inversiones y del Fondo de pensiones) a un precio del 830%, lo que implicaba unos 14.400 millones de pesetas. La plusvalía obtenida por el Banco Central era de más de 5.000 millones de pesetas. Epifanio Ridruejo desmintió hace cinco días a este periódico, rotundamente, la posibilidad de que KIO estuviese comprando otros paquetes de acciones del banco.

Operacion sorprendente

Independientemente de las implicaciones económicas del contrato, dos aspectos políticos generaren cierta polémica: si los kuwaitíes se sentarían en el consejo de administración del Central, ejerciendo sus derechos de primer accionista, y si podrían revender -y en qué condiciones- el capital enajenado. Según fuentes del Central, los compradores no se sentarían en el consejo; según los representantes españoles de los kuwaitíes, no lo harían "por el momento". En la reunión de ayer, este deseo no fue manifestado. Respecto a la segunda cuestión, no hay referencia alguna en el contrato oficial. Pero sí existe un documento privado en el que se explica que los árabes podrían vender su capital antes de dos años si se alterase la "alta dirección del banco".Ello es interpretado, según fuentes financieras, como un reforzamiento de facto a corto plazo de Alfonso Escámez en la presidencia de la primera entidad financiera del país, ante posibles presiones de terceros. Desde hace un año se han multiplicado los rumores sobre supuestas tensiones entre Escámez y el Banco de España, a causa de la gestión del Central. El plazo de dos años en el cual los árabes no pueden vender su participación en el Central es prácticamente el mismo que le queda a Mariano Rubio como gobernador del Banco de España, siempre que no fuese reelegido por el Ejecutivo de la nación.

Los tres directivos de KIO, que fueron recibidos el martes en audiencia privada por el rey Juan Carlos, acudieron a primera hora de ayer a la madrilefía calle del Barquillo, al despacho de Alfonso Escámez, en donde analizaron las principales cifras del Banco Central y su marcha en los primeros 10 meses del año; posteriormente volaron en su avión privado hacia Londres.

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