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Suecia estudia nuevas medidas para proteger a las mujeres maltratadas

El Ministerio de Justicia de Suecia estudia la posibilidad de arbitrar nuevas medidas para la protección de las mujeres que son sometidas a persecución, amenazas e incluso agresión mortal por sus ex maridos, a los que han abandonado precisamente a causa de los malos tratos recibidos. La separación o el divorcio no suelen poner fin al infierno de a veces años de convivencia en que la mujer ha sido objeto de maltratos físicos y psíquicos, ya que los maridos agresores parecen no decididos a perder a su víctima.Los intentos de cambio de dirección, de nombre o de aspecto exterior no suelen dar resultado, ya que en un país donde el número personal de cada ciudadano está registra o en diversos organismos a los cuales puede acceder cualquier particular, las posibilidades de permanecer ignorado son muy escasas.

El asunto ha tenido resonancia estos días en los medios de comunicación a raíz de dirimirse en los tribunales el caso de una joven mujer que, tras años de soportar castigos de su marido, decidió como recurso extremo, de acuerdo con sus padres, eliminarlo fisicamente, determinación que se llevó a cabo.

La mujer había documentado en un diario personal las vicisitudes de su vida matrimonial en previsión de que un día resultara muerta a consecuencia de los castigos. El tratamiento de su caso en los tribunales ha despertado una ola de simpatía, y pedidos de que sea liberada han llegado hasta los jueces.

Incluso un hermano del marido asesinado ha solicitado públicamente en un programa de televisión que su cuñada sea eximida de culpa por entender que ya la pagó con amplitud, si es que alguna culpa tuvo.

Impotencia de la policía

La policía confiesa su impotencia para proteger a las mujeres que diariamente son objeto de maltratos y persecución y cuyo número se calcula en un millar. Esta cifra se refiere únicamente a aquellos casos en los que ha habido denuncia policial, por lo que es de presumir que el número sea bastante mayor.Las organizaciones feministas se han preocupado del asunto, habilitando hogares para mujeres en esta situación, pero no parece ser ésta la solución capaz de resolver el problema. Faltan los mecanismos legales que puedan poner fin a esta tortura, que es lo que ahora el Ministerio de Justicia procura solucionar. En Suecia, por ejemplo, no existen disposiciones legales que rigen en otros países, como Dinamarca o el Reino Unido, donde durante el tiempo en que se tramita un divorcio el marido tiene prohibición, bajo pena de cárcel, de hacer visitas a su mujer.

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