Los huebos del 'Cantar de Mío Cid'
El manejo amplio del lenguaje es fundamental para aquellos profesionales, especialmente abogados, literatos y periodistas, que necesitan recurrir a los significados puntuales de las palabras y a veces establecer la diferencia entre vocablos que, si oralmente parecen sonar igual, la variante de una letra es definitiva por cambiar, lógicamente, el significado. Un ejemplo próximo nos muestra estas diferencias. El pasado miércoles día 5, EL PAÍS publicaba en su sección Gente el caso de Vicente Pest, funcionario del cementerio de Vila-Real (Castellón), al cual, por haber denunciado el mal estado del camposanto, el concejal Ismael Reverter le había iniciado "un expediente por huevos". Lo cierto es que el concejal anunció que le había levantado un expediente por huebos". El corresponsal en Castellón, Santiago Navarro, que fue quien suministró la información, no tuvo la ocurrencia de resaltar que escribía huebos (con b), palabra poco conocida y de uso antiguo. Al revisar la noticia en Madrid, la redactora Joaquina Prades pensó que era una mala interpretación ortográfica, lo corrigió, cambió la b por la v y se produjo el equívoco.Al buscar en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia encontramos dos acepciones: huevos, sinónimo de testículos, y huebos, del latín opus, necesidad, cosa necesaria. Por tanto, es distinto "hacer algo por huevos", en un lenguaje imperativo, coloquial y chulesco, que "hacerlo por huebos", en lenguaje ortodoxo y legítimo. Bien es cierto que, según el comentario de Joaquina Prades, "al sepulturero Vicente Poset, en cualquier caso, le da lo mismo que sea con v o con b porque el expediente sigue su curso".
No es la primera vez que la confusión de ambas palabras produce equívocos, y en una ocasión, que recordemos, hubo un proceso. El abogado valenciano Jesús Sancho-Tello Mercadal reclamó al juez de instrucción de Alzira (Valencia), José Mengual, que modificase "por huebos" una resolución (véase EL PAÍS de 18 de febrero de 1983), y dicho juez le procesó por presunto desacato a la autoridad. En la crónica citada, Jaime Comas desde Valencia escribía en el periódico: "José Mengual había incurrido, en opinión del abogado [Sancho-Tello], en varios errores jurídicos en el transcurso del sumario abierto a un cliente suyo por presunto asesinato. Intentó indicarle en un escrito que modificara 'por huebos' su actuación, y fue este escrito motivo de su propio procesamiento, además del ya efectuado a su cliente". Al cabo de los años hemos hablado con Sancho-Tello, que recuerda como algo anecdótico en su dilatada vida profesional aquel incidente, y con cierta sorna nos dice: "Por supuesto que me dictaron sentencia absolutória. Si el juez de Alzira no sabía gramática, allá él". El abogado valenciano antes de redactar el escrito llamó a Madrid a la Real Academia para saber si la expresión era válida y le respondieron que, pese a su antigüedad, seguía en vigor.
Esta expresión aparece en el primer monumento de la literatura española que ha llegado hasta nosotros, el Cantar de Mío Cid. Principia en el trato de Martín Antolín con los judíos, en el Cantar primero, destierro del Cid, donde se dice: "Nos huebos avemos en todo de ganar algo". Después se cita media docena de veces.
Jeringuillas en la cárcel
En EL PAÍS del pasado día 4, el título de una noticia en la sección de Sociedad anunciaba: "El Gobierno recomienda el reparto de jeringuillas desechables en las cárceles". La información estaba fechada en Madrid y responsabilizaba a Agencias de su veracidad. En el texto se decía que el delegado del Gobierno para la lucha contra la droga, Miguel Solans, había hecho esta recomendación a las autoridades penitenciarias para evitar la difusión de enfermedades.
Miguel Solans no está de acuerdo con la información aparecida en EL PAÍS, aunque reconoce que se recogió de las agencias de prensa, a las que este periódico recurre habitualmente. El hecho está en que en la Comisión de Presupuestos del Congreso, la diputada del Partido Demócrata Popular (PDP) Pilar Salarrayuna de Verda le preguntó sobre si el Gobierno tenía previsto, como se ha hecho en otros países, la distribución gratuita de jeringuillas en situaciones de alto riesgo, y Solans, según concreta en una carta al periódico, respondió: "Conociendo perfectamente la experiencia que sobre esta medida concreta se estaba realizando en distintos países europeos y americanos, la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas tenía en estudio la validez de su aplicación en diferentes ámbitos, ya que no era fácilmente extrapolable la experiencia de un país a otro".
El jefe de la sección de Sociedad, José Miguel Larraya, aclara la paternidad de la información, que no era propia del periódico, sino de la agencia Efe, y explica cómo se editó: "Era la primera noticia que teníamos sobre la comparecencia del delegado del Gobierno en la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados. Tras solicitar permiso al redactor jefe para publicarla en la sección, dado que era una noticia de origen parlamentario que habitualmente se publican en Nacional, se envió a componer el teletipo a teclados. Por ello consta la primera versión íntegra del teletipo, que fue remitida a la sección sin la data que la hubiera identificado como noticia de Efe. Ante la duda del redactor que editó, se puso Agencias en la firma y no Efe, como hubiera sido más correcto. Habitualmente no se comprueba una declaración de una agencia nacional, sobre todo cuando atribuye la información a una fuente directa, identificada, y un lugar tan público como el Congreso".
El ordenador y el silabeo
La lectura de un periódico hecho por ordenador puede tener sus problemas para determinados lectores. Éste parece ser el caso de María Luisa Nadal, que desde Málaga nos envía un mensaje para mostrar su desilusión por la división silábica que se hace al final de línea, y que ella considera una batalla perdida contra los ordenadores: "Desde hace algún tiempo, y como norma habitual, observo con gran desesperación que en EL PAÍS se procede a separar indebidamente las sílabas de una palabra al pasar de un renglón a otro, sin tener en cuenta para nada la integridad de dichas sílabas. Por ejemplo, en palabras como desagradable, desamortización, desautorizar, desandar, desarticular, etcétera, encabezadas por la proposición des, suele separar el fragmento de (que no constituye de por sí la sílaba, pues ésta es des) pasando al renglón siguiente cosas tan absurdas como sagradable, samortización, sautorizar, sandar, sarticular, con grave detrimento de la corrección ortográfica. Los programas de ordenador pueden y deben rectificarse y adaptarse, por costoso que esto sea, en aras de una corrección que EL PAÍS no puede olvidar".
El tema es recogido por el subdirector de formación e investigación del periódico, Julio Alonso, quien responde: "La división silábica de palabras a final de línea está, efectivamente, computadorizada. Pero, en contra de lo que cree la lectora de Málaga, siempre de acuerdo con las normas de la Real Academia Española (RAE). Así ocurre con los ejemplos que ella cita. En el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (Espasa-Calpe, SA, Madrid, 1977) preparado por la Comisión de Gramática de la RAE, puede leerse lo siguiente en el apartado c del párrafo 1.8.8. (página 151): 'Cuando un compuesto sea claramente analizable como formado de palabras que por sí solas tienen uso en la lengua, o de una de estas palabras y un prefijo, será potestativo dividir el compuesto separando sus componentes, aunque no coincida la división con el silabeo del compuesto. Así, podrá dividirse no-sotros o nos-otros, de-samparo o des-amparo'. En resumen, lo que se ha hecho en EL PAÍS al preparar los programas de silabeo ha sido -puesto que es potestativo- optar por lo que al lector le resulta más fácil de leer, aunque no sea lo más culto".
La recuperación no funciona
Las noticias que se producen a partir de las 10.30 de la noche no aparecen en las primeras ediciones de EL PAÍS, que tienen el límite de cierre justo a esa hora. Esas noticias en algunas ocasiones no se recuperan al día siguiente. El tema de pérdida de información tiene especial interés para nuestros lectores cuando se refiere a acontecimientos deportivos. En esta columna repientemente se plantearon quejas parecidas (véase EL PAÍS del de octubre 1986), y el redactor jefe de Deportes, Alfredo Relaño, anunció entonces que se había creado "una especie de rueda de recuperación de noticias, de forma que en la primera edición del día siguiente se procura recuperar las noticias que no se han dado en la víspera". Estos buenos propósitos no se han visto confirmados, como así lo denuncia desde San Sebastián el lector Isidoro Álvarez Sacristán: "El día 29 de octubre juega la selección española sub 21 en Valladolid, y se proclama campeona de Europa. Hecho, por supuesto, trascendental deportivamente hablando. En el número del día 30 que llega a San Sebastián no se refleja el acontecimiento [estimamos que puede ser porque la tirada de provincias se hace antes de terminar el partido], pero el día 31 tampoco aparece ninguna referencia al partido".
El lector tiene razón. A los compradores de EL PAÍS en provincias se les privó de la crónica de un importante partido. Alfredo Relaño asume y reconoce el error. La rueda de recuperación anunciada, en esta ocasión ha fallado.
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