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Economía ordena una política monetaria mas restrictiva con el fin de contener la inflación

El Ministerio de Economía ha ordenado al Banco de España que apriete las tuercas de su política monetaria para que el control de la cantidad de dinero contribuya a frenar los precios. Sus objetivos para 1987 serán reducir el aumento de la masa monetaria desde el 11% a la senda central del 8%, con un margen del 6,5% al 9,5%. Mientras el dinero del exterior la engrosará aún más que en 1986, el crédito al sector público se verá más restringido que el del privado.

La noticia de que "el ministro de Economía y Hacienda ha dado instrucciones al Banco de España" para conseguir dichos objetivos fue revelada ayer en Pamplona, al clausurar unas jornadas de trabajo de tesoreros, por el secretario de Estado de Economía, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien también expuso la política de deuda pública para 1987.Según el texto de la conferencia de Fernández Ordóñez, "no hay reducción de la inflación" -sobre la que dijo que "en el peor de los casos" este año será del 9%, un punto por encima de los objetivos del Gobierno- "sin moderación salarial, sin política monetaria restrictiva, sin liberalización y apertura de la economía española y sin un tipo de cambio estable".

El número dos de Economía admitió que el 8% de aumento de la masa monetaria, con una inflación que durante 1987 debería ser reducida desde el actual 9,5% al 5%, podría "sugerir a algunos" que la política monetaria "va a ser fuertemente restrictiva". Pero precisó que "sólo será restrictiva si los agentes económicos" (en boca de los economistas, expresión alusiva al trabajo, el capital y el Estado) "se separan con su conducta de dicho objetivo".

La masa monetaria -actualmente medida por los llamados activos líquidos en manos del público (en la jerga financiera, los alpes)- depende del dinero que entre desde el extranjero y también del destinado a financiar a los sectores público y privado. Los dos primeros siempre resultan más difíciles de controlar, porque uno viene determinado por la marcha de los intercambios con el exterior y el otro por el déficit público, lo cual entraña el sacrificio del crédito al sector privado, a menos que se arbitre una política monetaria "acomodaticia", como la seguida en los dos últimos años. Ha ocurrido así que, pese a la fuerte generación de papel por parte de los sectores exterior y público, la autoridad monetaria, ante el disgusto de algunos medios financieros y políticos conservadores, ha perseguido más la baja de los tipos de interés que el control de la cantidad de dinero en la parte baja de la banda.

Preocupado por el exterior

Fernández Ordóñez anunció que cabe prever para 1987 "un clima de descenso de los tipos de interés", así como un trasvase de recursos de los activos componentes de los alpes hacia otros externos a ellos, como los pagarés de empresa y la deuda a medio y largo plazo. No obstante, explicó que, como la balanza de pagos mantendrá un fuerte excedente, las reservas de divisas aumentarán en otros 2.000 millones de dólares (unos 270.000 millones de pesetas) y el dinero llegado al sistema monetario por el exterior crecerá un 21%, frente al 20% esperado en 1986. Si se cumplen los nuevos objetivos, el más sacrificado será el crédito al sector público, cuyo ritmo de aumento debería bajar hasta un 10% desde el 17% esperado de cara al cierre de este año (en los 10 primeros meses va por el 23%). Así, el sector privado recibiría un crecimiento del 7,3%, frente al 8,7% previsto para 1986 (en verano llegó a crecer hasta el 12%, si bien la atonía de septiembre y octubre le ha dejado en un 8,5% para los 10 primeros meses del año).El secretario de Estado atribuyó el menor ritmo de aumento perseguido para el sector privado a que en 1986 el proceso de amortizaciones anticipada de créditos para evitar riesgo de cambio o ahorrar tipos de interés ha exigido un crecimiento más intenso del crédito bancario al sector privado del que se estima para 1987. Mientras en 1986 las empresas amortizarán créditos exteriores por un neto de 3.600 millones de dólares, para el próximo ejercicio el Gobierno espera que las cancelaciones anticipadas de crédito bajen desde los 3.000 a los 1.500 millones de dólares, por lo que el neto quedaría en 1.250 millones. Sin esas distorsiones, el crédito regular al sector privado sólo se moderará entre ambos años desde el 6,9% al 6,7%, pero con menos inflación.

Fernández Ordóñez advirtió finalmente contra "cierta alegría" en la fijación de precios y de márgenes, así como en las negociaciones salariales. En otro caso, dijo que "podríamos ver incrementos mayores de precios, un crecimiento más bajo del producto y un menor crecimiento del empleo".

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