El atentado contra el Papa fue una conjura, según la sentencia de un tribunal de Roma
El Tribunal de Primera Instancia de Roma que vio el juicio sobre la pista búlgara en el atentado al Papa hizo públicas ayer las 1.200 páginas de la sentencia, en las que explica los motivos que le indujeron a absolver "por insuficiencia de pruebas" a todos los acusados búlgaros y turcos. No obstante, el documento, firmado por el presidente del tribunal, Severino Santiapichi, dictamina que el atentado contra Juan Pablo II fue resultado de una conjura internacional.
Alí Agca, condenado en juicio previo a cadena perpetua como autor material del atentado, recibió ayuda para huir de una cárcel de máxima seguridad de Estambul, en noviembre de 1979, poco antes de que Juan Pablo II visitase Turquía. Entonces se le asignó la misión de asesinar al Papa, así como de efectuar los preparativos de esa empresa, que llevó a cabo solo, según la sentencia, el 13 de mayo de 1981. A pesar de los tres años dedicados a la investigación policial y de los ocho meses que duró el proceso, no ha sido posible descubrir a los verdaderos responsables de la conspiración.
El documento del tribunal atribuye esta situación a la escasa ayuda dada por el Gobierno búlgaro y a la paradójica actitud del principal acusador de la llamada pista búlgara, el propio Alí Agca.
Los búlgaros absueltos "por insuficiencia de pruebas" -Antonov, Aivazov y Vasilev- figuran en la resolución judicial con fuertes indicios de culpabilidad, aunque insuficientes para condenarles. El fiscal no ha recurrido y, por tanto, ya no podrán volver a ser juzgados. En cambio, el fiscal sí ha planteado recurso frente a los tres turcos implicados en el proceso y, por consiguiente, la sentencia podría ser modificada en su caso.
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