Malestar en las autoridades catalanas por la forma de despedirse de Rodríguez Ventosa

El hasta ahora capitán general de Cataluña, teniente general Fernando Rodríguez Ventosa, se despidió ayer de los generales, jefes, oficiales, suboficiales y tropa de esta región militar. Al acto celebrado ayer en Capitanía General no fueron convocados ni autoridades civiles ni los medios informativos. Entre las autoridades civiles socialistas ha causado malestar la forma en que se ha despedido Rodríguez Ventosa.

El teniente general Rodríguez Ventosa se despidió personalmente el pasado miércoles del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, pero hasta ayer por la tarde no solicitó ser recibido por el delegado del Gobierno en Cataluña, Francesc Martí Jusmet, y por el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. En el Gobierno Civil no constaba ayer tarde que hubiera realizado una gestión similar para despedirse del gobernador, Ferran Cardenal. Maragall recibirá a Rodríguez Ventosa el lunes por la mañana, mientras que no hay todavía fecha para su visita al delegado del Gobierno.

Un portavoz de la Delegación del Gobierno recordó que, en el caso de anteriores capitanes generales, las autoridades civiles organizaban banquetes de despedida. "Lógicamente, no sienta bien", añadió el portavoz al ser preguntado si las autoridades de la Administración central en Cataluña se sentían molestas por la forma de la despedida.

Rodríguez Ventosa pidió al ministro de Defensa, Narcís Serra, su pase a la reserva activa a principios de esta semana, en desacuerdo con los nombramientos en la JUJEM y con la rehabilitación de los oficiales de la Unión Militar Democrática (UMD).

En el discurso que pronunció ayer en Capitanía, Rodríguez Ventosa dijo que dejaba el cargo anticipadamente "por razones que no son del caso". Destacó como virtudes castrenses la ilusión y la disciplina. "Sin disciplina", dijo, "seríamos un grupo de bandidos o una tribu de indios".