La creación de empresas y el paro juvenil
España mira hoy ya desde dentro a Europa, con la incorporación a la Comunidad Europea (CE), y cada vez es menor la diferencia entre las actividades y medidas que se adoptan en los países que integran la Comunidad y las que se desarrollan actualmente en nuestro país.Todo ello viene a colación acerca de las fórmulas que se están adoptando en Europa para contrarrestar lo que todos los países que la componen no dudan en situar como el primero de los problemas a corto y medio plazo: el paro juvenil.
La incapacidad de la sociedad capitalista europea de autorregenerarse dentro de un marco que ha venido siendo influido, cuando no dominado, por criterios de protección social de la clase trabajadora ha estancado las economías nacionales, en detrimento del nacimiento de nuevas jóvenes empresas.
Con los riesgos que trae toda generalización, puede, no obstante, afirmarse que estas fórmulas han inducido a la sociedad en su conjunto a descalificar la figura del empresario como instrumento de riqueza y bienestar. Los resultados no pueden ser más preocupantes, y se traducen en falta de vocaciones empresariales que renueven el tejido económico privado.
Al mismo tiempo, la lenta reactivación económica resulta insuficiente para ir dando empleo a las generaciones de europeos que se incorporan cada año a la población potencial laboral, y cuyo número es ahora desproporcionalmente superior debido a la incorporación de la generación baby-boom de los años sesenta.
Ante esta situación, compartida por todos los países occidentales, excepción hecha de Estados Unidos, en donde los factores han sido históricamente distintos, los diferentes Gobiernos nacionales, incluso aquellos que en su día fueron los impulsores del bastión laboral, han comprendido que sin esa renovación del sustrato económico privado se pone en grave riesgo la continuación misma del sistema.
Estimular la inversión
Para evitarlo, y para combatir al mismo tiempo la amplia gama de problemas que conlleva el paro juvenil, que no es sino consecuencia de la situación expuesta, se está poniendo toda la carne en el asador de la creación de nuevas empresas.
Sus esfuerzos se dirigen a estimular la inversión privada y fundamentalmente a allanar las dificultades iniciadas con que puede encontrarse el joven que pretenda crear una empresa. La fórmula sobre la que giran los objetivos europeos en la denominada creación del propio empleo" o autocontratación.
Este pasado verano se ha celebrado en Manchester el I Congreso Internacional de Jóvenes Empresarios, al que acudió la Asociación Española de Jóvenes Empresarios. Dicho certamen, que congregó a 105 personas que representaban a 12 países comunitarios, tenía por objeto el intercambio de experiencias, ideas e iniciativas en tomo al concepto de la creación del propio empleo.
Las fuentes principales de trabajo eran aquellas relacionadas con la formación del joven empresario, la financiación para una nueva empresa y el apoyo que pudieran recibir, tanto público como privado, los que aceptan el reto de crear una empresa.
La representación española resultó ser objeto de análisis profundo, pues éramos la única organización compuesta exclusivamente por jóvenes empresarios, autofinanciada con la reducida cuota de sus afiliados e independiente de otras organizaciones privadas o públicas; sin embargo, estos escasos medios no han impedido a la Asociación Española de Jóvenes Empresarios extender la idea de asociacionismo juvenil empresarial por todo el territorio nacional y crear hasta la fecha más de 500 puestos de trabajo a través del apoyo a más de 50 nuevas empresas.
Estamos convencidos de que ése es el camino a seguir, pese a las trabas institucionales con que nos hemos encontrado y a la falta de apoyo del proyecto joven empresario, que hasta la fecha ha constituido un concepto más cercano a la propaganda política que a la efectiva ayuda práctica, como lo demuestra el hecho de que la Asociación Española de Jóvenes Empresarios no ha recibido ningún tipo de ayuda real, a pesar de las desinteresadas declaraciones de intenciones que le han hecho. Es inevitable que con el transcurso del tiempo esta actual situación se convierta en la inversa, con el consiguiente reconocimiento social y apoyo real del joven empresario. Lo lamentable es lo lento que está transcurriendo ese tiempo.
Mientras tanto, vamos a seguir enviando nuestro ilusionado mensaje de animar y apoyar a los jóvenes empresarios.
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