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Decisión inminente para bajar las gasolinas entre 4 y 5 pesetas y los carburantes industriales entre el 10% y el 20%

El Gobierno ha tomado ya la decisión de bajar de forma inminente los precios de las gasolinas y el resto de los derivados del petróleo, incluidos gasóleos, fuelóleos, butano y gases canalizados. La Comisión Delegada para Asuntos Económicos tratará hoy de Iimar las últimas divergencias interministeriales que existen en torno al porcentaje de bajada y, de llegar a un acuerdo, llevará la propuesta al Consejo de Ministros de mañana, viernes, una vez convocada urgentemente la Junta Superior de Precios para que elabore su informe preceptivo.La Delegación del Gobierno en Campsa ha presentado al Ministerio de Economía y Hacienda, del que depende, varias propuestas de bajada (conocidas en la jerga ministerial como sábanas) a lo largo de los últimos días, que eran ayer objeto de intenso estudio por los ministerios afectados: Economía y Hacienda, por las repercusiones fiscales y sobre el índice de precios al consumo (IPC); Industria y Energía, por sus efectos en la estructura de precios energéticos; y Agricultura, por el impacto sobre los agricultores.

Según fuentes oficiales, "la decisión de bajar los precios ya ha sido adoptada por los tres ministerios, pero aún persisten divergencias sobre la cuantía de las reducciones". Las estimaciones más aproximadas apuntadas por diferentes fuentes indicaban a una reducción entre cuatro y cinco pesetas para la gasolina super (ahora 82 pesetas); entre tres y cuatro pesetas en la gasolina normal (76 pesetas); la misma para el gasóleo de automoción (60 pesetas) y un porcentaje ligeramanete inferior para los gasóleos agrícola B y de calefacción C. Estos precios, situados en 48 y 42 pesetas, eran objeto de diferencias, especialmente el primero.

La baja de los precios de los combustibles industriales (fuelóleos 1 y 2) podría ser mayor, y según una de las hipótesis barajadas, llegaría al 20%; es decir, que el fuelóleo industrial número 1 pasaría de 20.600 pesetas por tonelada a 17.000 pesetas y el de centrales térmicas (fuelóleo número 2) de 19.000 a 16.000 pesetas. También experimentarían una caída en su tarifa la tradicional y popular bombona de butano (actualmente 800 pesetas) y la bombona de propano de 35 kilos, cuyo costo es de unas 4.750 pesetas. Los gases canalizados tarnbién bajarían.

Contener la inflación

El objetivo que se persiguen con esta reducción de los precios de los derivados del petróleo es doble: por un lado, contener la infiación acumulada en el año, situada ahora en 9,5% en tasa anual, a fin de cumplir en lo que se pueda el objetivo gubernamental del 8%. Y, en segundo lugar, acercar los precios de los carburantes industriales a la medía europea, especialmente de los fuelóleos, para dotar a la industria española de un nivel de costes competitivos.La baja de los precios, por ser global, podría tener un irnpacto reductor en el IPC entre cinco y ocho décimas de punto, según se apruebe una u otra de las diferentes propuestas presentadas. Por el contrario, la baja de los precios tendrá un impacto riegativo sobre los volúmenes totales de ingresos que el Gobierno estaba recaudando en concepto de fiscalidad de los carburantes, que se situaban, al 30 de septiembre, en más de 525.000 millones de pesetas, unos 50.000 millones ya por encima de lo presupuestado para todo el año. La baja reducirá en menos de 10.000 millones los ingresos previstos por Hacienda, que este año superarán los 650.000 millones.

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