Ramiz Alia critica a los burócratas albaneses que no rompen con lo viejo
El noveno congreso del estalinista Partido del Trabajo, primero en celebrarse tras la muerte de Enver Hoxha, en abril del año pasado, se inauguró el lunes en Tirana sin asistencia de periodistas extranjeros. El sucesor de Hoxha, Ramiz Alía, declaró ante la crema de la vieja guardia del partido albanés que "lo malo del burócrata es que no rompe fácilmente con lo viejo y sigue esclavo de métodos y estilos caducos".Este periódico siguió por televisión desde Prizren, en el Kosovo yugoslavo, fronterizo con Albania, la inauguración del congreso. En la sala estaba, de luto, la viuda de Hoxha, Nexmija, presidenta de la Asociación de Masas que dirige el partido y que el próximo día 8, al final del congreso, podría ser promovida a miembro del buró político. Los 1.500 delegados interrumpieron varias veces el interminable discurso de Alía con gritos de "¡Partido, Enver!". Un busto blanco de Hoxha sobre fondo granate recordaba a quien sigue mandando después de muerto.
Representantes de Vietnam y de 15 partidos marxistas-leninistas estuvieron presentes. Las cámaras obsequiaron con un largo primer plano al español Raúl Marcos (del Partido Comunista de España Marxista-Leninista) cuando levantó el puño cerrado saludando al congreso. Ramiz Alía criticó el abastecimiento ganadero de la población y elogió en líneas generales la situación económica. Alía condenó "a esos delincuentes" que abusan de la propiedad común.
Elogió el sucesor de Hoxha el establecimiento de relaciones diplomátícas hispano-albanesas y mostró su esperanza de "que se renueven los antiguos nexos de ambos países mediterráneos". Grecia acaparó los mayores elogios de Alía, seguida de Italia. Condenó el terrorismo, "producto de la degeneración de la sociedad burguesa". Albania no volverá al Pacto de Varsovia, que abandonó en 1968, ni restablecerá relaciones con Moscú.
Alía reiteró las habituales críticas estalinistas contra los revisionismos soviético y yugoslavo. "El camino de Hoxha no lleva a Belgrado", dijo, y comentó respecto a Moscú que "en la URSS aumentan el egoísmo y el individualismo burgueses".
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