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El Gobierno dispone ya de los estudios para bajar las gasolinas y demás carburantes

El Gobierno dispone desde la pasada semana de todos los estudios técnicos necesarios para rebajar los precios tanto de los carburantes industriales y del gasóleo agrícola como de las gasolinas consumidas por los particulares, según fuentes próximas a Campsa. Este asunto de la fiscalidad de los productos derivados del petróleo motivó ayer una interpelación parlamentaria del Centro Democrático y Social (CDS) para que el Ejecutivo explique su política.

En los documentos elevados al Gobierno para que conozca los eventuales efectos de sus decisiones se estima que por cada peseta de reducción en el precio de las gasolinas el Estado dejaría de ingresar en un año 7.500 millones de pesetas. Igualmente, cada peseta de rebaja en el gasóleo utilizado por los agricultores y los pescadores costaría al fisco unos 1.800 millones de pesetas.Sin embargo, los posibles acuerdos del Ejecutivo siguen en el aire, después de que el pasado jueves no prosperara el intento de los ministerios de Economía y Hacienda y de Industria y Energía para anticipar la rebaja de los combustibles industriales a la del gasóleo B, solicitada por Agricultura, y a la de las gasolinas, considerada necesaria por la Administración para contener en menos del 9% el índice de precios al consumo del presente año. Las nuevas incertidumbres sobre el precio del petróleo y la cotización del dólar parecen haber reforzado las resistencias a perder ingresos fiscales.

Al presentar ayer su interpelación al Gobierno, el portavoz del CDS, Agustín Rodríguez Sahagún, declaró que su grupo pretende saber si continuará la política de voracidad fiscal o si el Ejecutivo seguirá el camino de otros países europeos, con el fin de impedir más perjuicios en la competitividad de las empresas, la lucha contra la inflación y la capacidad adquisitiva de los españoles.

Según el CDS, pese al importante ahorro de la factura petrolera (un 48,4% en enero-septiembre, porque la peseta cayó un 12,7% frente al dólar y el coste del crudo un 46,7%), España ha sido el país que menos ha repercutido estas ventajas en los precios finales. En consecuencia, asegura que la fiscalidad de los productos petrolíferos ha crecido un 51,7%, si bien en el caso del gasóleo industrial se ha incrementado un 122,6% y en el fuel un 314,5%.

Además del impuesto especial y del IVA, los mayores beneficios fiscales se han producido en la renta de petróleos (diferencia entre el coste y el precio de venta sin impuestos), que no existe en el resto de los países comunitarios. En sólo nueve meses Hacienda ha recaudado por este último concepto 244.000 millones de pesetas, cuatro veces la cifra presupuestada para todo el ejercicio, por lo que a final de año sus ingresos serán casi seis veces superiores.

Costes industriales

Entre las preguntas del CDS figura la de "cómo piensa compensar el Gobierno los daños causados a los ciudadanos españoles en su capacidad adquisitiva".Según sus datos, sólo 35,34 pesetas de las 82 pagadas por los consumidores de gasolina súper se justifican por el precio del producto. De las 76 pesetas pagadas por la normal, su coste queda en 22,63. El coste del gasóleo de automoción es de 21,63 pesetas, frente a las 60 que pagan los consumidores. El gasóleo industrial cuesta 17,30 y debe ser pagado a 42. Por el fuel pesado, las industrias españolas pagan 4.990 pesetas de tasas, frente a 983 en Alemania, 951 en Italia, 651 en Holanda y 1.561 en el Reino Unido.

Por otra parte, la CEOE hizo público ayer un estudio de sus servicios técnicos en el que se afima que los empresarios españoles pagan el fuelóleo industrial un 30,6% más caro, en promedio, respecto a sus competidores de la República Federal de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Holanda y Bélgica, países con los que España mantiene las mayores relaciones comerciales.

El citado estudio sobre el fuelóleo y el gasóleo industriales señala que, en términos de precios con impuestos, en la RFA, por ejemplo, a 27 de octubre de este año, era de 14,5 pesetas por kilogramo, en Italia de 12,60 pesetas y en España de 20,6 pesetas. Asimismo, se indica que la evolución diferencial de precios del fuelóleo español con estos países ha ido en aumento a lo largo del año, desde el 11,3% en enero de 1986, al 78,5% en mayo. La reducción de precios aplicada en España, el 31 de julio, hizo reducir ese diferencial de manera que, en septiembre, se situó en el 24%, para volver a elevarse al 30,6% en octubre.

Respecto a los gasóleos de automoción, el estudio señala que la comparación de precios, con impuestos, con los de los países citados arroja una diferencia negativa para España, donde los precios de este combustible resultan, en promedio, un 6,7% más caros.

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