Clases y clases
Me asombro al escuchar y leer en todos los medios de comunicación social y de ámbito nacional las noticias acerca de las deudas que los partidos políticos mantienen con las entidades bancarias, ocasionadas por el impago de los préstamos que en su día les fueron concedidos para las campafias electorales.Cuando un ciudadano de a pie se decide a dar el paso de acercarse a una sucursal bancaria para solicitar de ésta la coneesión de un préstamo para reformar su casa, comprarse un coche, arreglarse la calvicie, etcétera, se encuentra con la solicitud, por parte de la entidad bancaria, de los requisitos más que suficientes para, de una. manera o de otra, asegurarse lit devolución del importe prestado.
En el caso de que el ciudadano tenga la osadía die no pagar el préstamo, lo que sele viene encima es para asustarse. Y me parece no sólo correcto, sino lógico, pues no cabe la menor duda de que lo contrario sería fomentar los impagados y la choricería (perdón por la expresión).
Pero, ¿qué ocurré en el caso
Pasa a la página 12
Clases y clases
Viene de la página 11de los partidos políticos? ¿Por qué, ante su morosidad, la banca no actúa? Pues bien, a mí sólo se me ocurre pensar que esa actitud sólo se explica por unos beneficios con que posteriormente son gratificados por parte de, quizá, esos mismos partidos políticos. ¿Que cuáles son esos beneficios? Pues se me ocurren muchos; por ejemplo: inspecciones menos drásticas, colocación en puestos a ciertos miembros de la banca (asesores de ministros, delegados, etcétera), creación de leyes muy beneficiosas para la banca, yo qué sé.
Volvemos a diferenciar a España y a los españoles en categorías, y eso no es bueno ni recomendable.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.