Escuelas italianas imparten clases de ecología para los alumnos que no desean estudiar religión

En las escuelas italianas, los alumnos que lo deseen podrán escoger, en vez de clase de religión, lecciones alternativas de ecología y de educación ambiental. Ésta es, por ahora, la solución que se presenta como más factible y aceptada tras la polémica surgida durante los últimos meses sobre la hora de religión, que ha dejado de ser obligatoria desde la entrada en vigor del nuevo concordato entre el Estado italiano y el Vaticano, firmado el 18 de febrero de 1984.El problema más grave que ha planteado el nuevo concordato es la alternativa a dicha hora de religión, para no dejar a los estudiantes que desertan de dicha clase abandonados en los pasillos de su escuela. Como solución, la Liga Ambiente ha propuesto que se substituya la hora de religión, por una lección de ecología, de problemas energéticos, de respeto por la naturaleza y sobre los animales domésticos.

En Milán, donde dicha organización había presentado ya dicha propuesta, la idea ha sido acogida con enorme interés. En la actualidad 48 escuelas de bachillerato están poniendo en práctica el experimento. Asimismo, a partir de mañana, la misma solución empezará a ponerse en práctica corno prueba en 12 escuelas elementales de Roma.

En la propuesta de la Liga Ambiente se prevé una fase de enseñanza teórica y otra práctica. Si la prueba tiene éxito, el curso próximo podría ampliarse a todas las escuelas que lo deseen. De hecho, han empezado ya a organizarse cursos de especialización para preparar a los profesores que lo deseen en dicha especialidad. La Liga Ambiente, que en Italia es muy activa y goza de un gran prestigio, ha querido subrayar que no pretende tomar partido en la polémica sobre el delicado problema de la enseñanza de la religión.

La polémica, sin embargo, sigue aún en pie, y enfrenta actualmente a socialistas y democristianos. Los primeros han lanzado una campaña contra la actual ministra de Educación, la democristiana Franca Falcucci, católica practicante, acusada de haber manipulado datos y de haber sido demasiado condescendiente con la Iglesia, e incluso de ser "más papista que el Papa".

Entre otras cosas, por ejemplo, mientras las estadísticas oficiales querían hacer creer que la mayor parte de las familias y de los maestros había optado por la hora de religión, ahora voluntaria, al final se ha revelado que, sobre todo en las grandes ciudades, un porcentaje muy fuerte de profesores ha preferido abandonar la ensenanza de religión.