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LA CITA OLÍMPICA DE 1992

Múnich 72 resultó rentable pese a triplicar su presupuesto

EL PAÍS La designación de Múnich (RFA) como sede de los Juegos de Verano de 1972 supuso para la capital del Estado de Ba-viera un replanteamiento del plan de modernización de su infraestructura municipal. Un plan general urbanístico redactado en 1963 preveía un desarrollo progresivo de la ciudad a lo largo de tres décadas, con la meta de tener en 1990 los equipamientos necesarios para un núcleo metropolitano de 1.800.000 habitantes. Con la designación, Múnich tuvo que abordar en sólo seis años las tareas previstas para 30.

Los gastos olínipicos de Múnich, en la práctica, fueron tres veces superiores a lo previsto en el presupuesto redactado en 1966, hasta alcanzar en 1972 la cifra de 1.608 millones de dólares, sin contax las inversiones que, como la Villa Olírnpica, fueron de iniciativa y explotación a cargo de empiresas pnvadas. Al final, el déficit ascendió a una cantidad equivalente a 559 millones de dólares, según su valor del año 1985.

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Sin embargo, la fórmula de colaboración que existió entre las diversas administraciones, así como el modelo de explotación, permiten que Múnich cuente hoy con un inmenso Parque Olímpico y haya dado un salto urbanístico de 15 años con menos costes financieros de los que habrían supuesto las mismas obras sin los juegos.

Antes de 1972, el Estado central, el poder autonómico -el llamado Estado Libre de Baviera- y el Ayuntamiento firmaron un convenio para hacerse cargo a partes iguales de los gastos no cubiertos por los ingresos de los JJOO. Posterionnente este acuerdo fue revisado y el Estado central asumió el 50% del déficit. Las administraciones se repartieron el coste de las instalaciones con otro convenio, dado que no todas tenían interés municipal. Los estadios, por ejemplo, fueron adquiridos por el Estado, que pagó 130 millones de marcos.

Explotación comercial

En 1970 ya se previó la postenor explotación comercial de las instalaciones elímpicas por la empresa Münch-rler Olympiapark. Para ello, esta compañía intervino en la plaráficación inicial, para que las iristalaciones se hicieran teniendo en cuenta que luego deberían ser rentabilizadas comercialmente.

En general, el éxito de gestión en Múnich superó las pre visiones sobre el déficit, que pasó de una estimación de casi 30 millones de marcos anuales -en los cálculos de 1971.- a sólo seis millones,en la actualidad. El Ayuntamiento de Múnich cubre ahora esta cantidad con los intereses que generan los 130 millones que el Estado central pagó de una sola vez por la compra de instalaciones de interés público, un dinero que no ha sido jamás tocado. La acumulación cle los iritereses sobrantes ha incrementado en 200 millones de marcos la cantidad que el municipio tiene depositada en los bancos.

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