El Banco de Alicante, una idea en favor de la descentralización financiera
La investigación iniciada hace dos años en la Audiencia Territorial de Barcelona sobre las irregularidades de Banca Catalana han puesto al descubierta los procedimientos utilizados en el Banco de Alicante y en el Banco de Créditos e Inversiones, que pertenecieron a su grupo bancario. Un juzgado de Alicante ha abierto diligencias previas sobre la gestión de los ejecutivos catalanes en la entidad alicantina. El Banco de Alicante nació en 1965. En 1971, Jordi Pujol compró un paquete mayoritario de sus acciones. Tras el desastre del Grupo Catalana, en pésima situación, pasó al Fondo y posteriormente fue adjudicado al Banco Exterior, que lo ha reflotado con éxito.
En 1965, un grupo de pequeños industriales y políticos alicantinos aglutinados en torno el ex gobernador civil José Aramburu, Raimundo Fernández Cuesta y el industrial José Albert, más conocido como El cubano, decidieron crear el Banco de Alicante. Su intención era poner fin al sucursalismo económico que venían ejerciendo las diferentes entidades bancarias afincadas en la provincia.El auténtico, motor de la entidad fue sin embargo José Fons Antón, un popular personaje de la vida local, que impulsó y dirigió la entidad con el lema de El Banco de Alicante para los alicantinos, En la calle se asegura que Pepe Fons aprendió el oficio de comerciante por ósmosis, cuando detrás del mostrador del bar de su padre, el Ivori, atendía a los empleados de una pequeña entidad bancaria cercana, Los Provisores del Porvenir. Con el tiempo el aprendiz de camarero pasó a convertirse en empleado del banco, y poco más tarde empezó a trabajar en una agencia del Banco Popular, de la que acabó siendo director.
Pepe Fons aportó al Banco de Alicante una manera popular y directa de tratar al cliente, rompiendo moldes y logrando que un gran número de accionistas humildes se atrevieran a participar en su aventura financiera. La demanda de acciones fue tan elevada que llegaron a pagarse 14.000 pesetas por valores de 1.000 pesetas..
Juan Bautista Torregrosa Roselló, creador de la empresa inmobiliaria Calpisa, participó también desde el primer momento en el primer equipo de dirección del banco. Torregrosa llegó a la entidad de forma casual. Acudió a la entidad buscando un crédito y salió de las dependencias convertido en consejero. Torregrosa, que; tenía por entonces una conocida reputación como constructor, había sido promotor del barrio Juan XXIII en Alicante y se encontraba empeñado en el proyecto del Gran Alacant, en Santa Pola. Por ello pudo aportar al banco tanto su experiencia como promotor ininobiliario como la colaboración de algunos técnicos, uno de los cuales fue el abogado Emilio Martín Villa, hermano del político.
Euforia y populismo
La visión de futuro y el empuje de Torregrosa, el populismo de Pepe Fons y la euforia económica de la década de los sesenta convirtieron al Banco de Alicante en uno de los primeros de la provincia. Abrió sucursales en diferentes puntos de la provincia -primero Alcoy, después Villafranqueza, Villena, Elche, Jávea, Castalla, Benidorm y Aspe, entre otros puntos- y compró en Alicante el viejo cine Capitol, antes Salón Espada, en la avenida Alfonso X el Sabio, para levantar la actual sede central. Antiguos accionistas aseguran que las juntas de esa época eran "como un volcán", donde "se aplaudía a rabiar el alicantinismo de sus promotores".
La gestión de Torregrosa y Fons coincidió, sin embargo, con una serie de rencillas internas que concentraron las acciones en manos de un reducido grupo de industriales, entre los que se hallaban Felipe Fuster Santamaría, propietario de de una importante fábrica de galletas; Juan Balbastre, promotor de la compañía de autocares La Unión de Benisa y de la Caja de Ahorros de Valencia.
Estas tensiones provocaron la salida temporal de Juan Bautista Torregrosa, en- abril de 1968, "por discrepancias de los componentes del Consejo", según sus declaraciones en, el sumario abierto sobre el caso Banca Catalana. Regresó a finales del mismo año, invitado por Pepe Fons. Para que pudiera adquirir las acciones del banco que le posibilitaran tomar las riendas, recayó apoyo del Banco Popular, con el que compró un paquete mayoritario de la entidad, aunque utilizando como pantalla su empresa inmobiliaria, Calpisa. De 1969 a 1978 Torregrosa fue presidente del Banco de Alicante, actuando como fiduciario del Popular.
La operación se llevó con sigilo para eludir las inspecciones del Banco de España, que en aquella época controlaban directamente la compra de acciones por parte de otras entidades, saltándose además el artículo quinto de los estatutos del propio banco, que prohibía explícitamente la venta de sus acciones a otros bancos.
Fons y Torregrosa, a los que se les acusó de actuar como si fueran dueños absolutos del Banco de Alicante, no pudieron superar los primeros embates de la recesión de los años siguientes y se convirtieron en víctimas de la crisis. Fons abandonó el Banco de Alicante tras descubrirse importantes desequilibrios patrimoniales y se incorporaría poco después al equipo fundador del Banco Internacional y Comercio en Alicante -hoy en la órbita del Central-, donde intentó riepetir su aventura bancaria. Falleció en 1980, en el rellano de su apartamento de la playa de San Juan, en Alicante, de dos disparos, uno de ellos en el corazón. Aseguran, que días antes de su muerte, le había preguntado a su hija, que estudiaba Medicina, dónde se encontraba el corazón.
Juan Bautista Torregrosa, creador de un imperio inmobiliario considerado como modélico, tuvo que que vender todo su patrimonio parahacer frente a las deudas. Hoy, situado al margen de la banca, vive en un piso de alquiler en el barrio de Las Rozas, en Madrid.
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