El presidente de Volkswagen confirma la inversión de 3000.000 millones en España

El presidente, de, la firma automovilística alemana Volkswagen AG, Carl H. Hahn, confirmó ayer la inversión de 300.000 millones de pesetas en la firma española Seat, durante su intervención en el segundo y último día de las Jornadas Internacionales que organiza la Cámara de Comercio de Barcelona. Halm se mostró muy optimista respecto al futuro de Seat, cuyo accionista mayoritario es Volkswagen, y dijo ser consciente "de la envergadura de los sacrificios que tuvieron que hacer el Gobierno y, por extensión, la economía española para sanear la empresa automovilística Seat". Hahn calificó de "excelente" la infraestructura del sector automovilístico español, en cuya creación destacó el papel de Seat. También elogió el trabajo de "los obreros españoles, tanto en España como en Alemania". Posteriormente, se extendió acerca de las características de los automóviles del fúturo, sobre los que Volkswagen ya está trabajando, y citó un informe del Instituto Tecnológico de Massachussets según el cual el sector automovilístico mundial no perderá pujanza en las próximas décadas. "Ese informe", dijo, "contradice las opiniones de algunos críticos, según los cuales el, automóvil pasará en el futuro a un plano secundario".El economista Joaquín Muns, ex presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), tomó la palabra para expresar su opinión de que la industria de la automoción estaba llamada a trasladarse a los países en vías de desarrollo y de tecnología intermedia, cuyos costes son menores que los de las zonas industrializadas Hahn se mostró en desacuerdo, argumentando que la calidad primará por encima del precio.

La otra 'biblia' de Reagan

Durante la sesión de la mañana, intervino el economista estadounidense George: Gilder, autor del libro Riqueza y pobreza, considerado como la segunda biblia de Ronald Reagan y resumen de los principios de la reforma fiscal impulsada por el presidente norteamericano. Gildetreiteró su argumento básico de que sólo una drástica rebaja de los impuestos puede reactivar la economía y darle un crecimiento sostenido.Gilder afirmó que rebajar los impuestos no sólo impulsa a las empresas, sino que además trae consigo un aumento de los ingresos fiscales y una mayor justicia social. Sobre el aumento de los ingresos por parte del Estado, el economista dijo que la reducción de los tipos impositivos genera un aumento de la riqueza que, a su vez, revierte en el Estado, y detalló que el aumento de ingresos registrado por el Tesoro norteamericano tras la primera rebaja de impuestos, en dos años, fue del 7%, cuando en ese mismo período la economía real creció menos del 4%.

Respecto a la justicia social y la distribución de rentas, declaró que los impuestos altos favorecen a los ricos, dado que prefieren no arriesgar y quedarse como están, y perjudica a los pobres, ya que la economía se hace estática, no se genera riqueza y los más pobres no tienen oportunidades de ascender en la escala social". Ep el mismo terreno, añadió que "el presunto desamparo en que viven los pobres viene dado exclusivamente por la idea de que lo están. Si a los pobres se les estimula, en lugar de compadecerles, dejan de serlo. Ahí está el ejemplo de los emigrantes en Estados Unidos: llegan sin nada y en una generación pueden colocarse en una zona privilegiada de la escala social".

George Gilder aseguró que "Europa tiene la posibilidad, si lo desea, de recuperar el liderazgo económico mundial, ya que el peso de los impuestos que padece es tan grande y tan ridículo, que una reforma fiscal en profundidad liberaría una cantidad inimaginable de energía empresarial".

La unidad de los Estados

Igor Landau, presidente de la sociedad farmacéutica Rhone Poulenc-Santé, presentó una ponencia sobre su sector empresarial en la que destacó los enormes costes de la investigación, que no pueden repercutirse más que en una pequeña parte en el producto.Por otra parte, el ex ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica y ex, vicepresidente de la Comisión Europea, Henri Simonet, tuvó una intervención en la que subrayó que Europa debería abandonar conceptos ideales y convencerse de que su unidad sólo puede basarse en los Estados, y no en las regiones.

La clausura de las jornadas corrió a cargo del presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Josep Maria Figueras, y del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

Josep Maria Figueras remarco que el centenario de la Cámara se había celebrado "mirando, al futuro y no al pasado". Pujol tuvo palabras de optimismo acerca del porvenir económico de España y de Cataluña.