Cambio de confesión

Tengo tres hermanos -que, al igual que yo, están bautizados por la Iglesia católica- que cierto día decidieron ir a anular sus inscripciones del registro de la parroquia de nuestro pueblo. Lo único que consiguieron fue un certificado en el que: "... declaran que quieren abjurar de su fe cristiana y no seguir perteneciendo a la Iglesia católica", firmado por el encargado de la parroquia, quien decía no saber si se podía levantar la inscripción, por lo que tuvieron que volver al día siguiente. Se encontraron allí a un jesuita, de un colegio del mismo pueblo, y de quien voy a referir algunas frases: "De haber estado yo en el archivo no hubiera extendido tales certificados, porque para abjurar no hay procedimiento alguno ( ... ) ya que las leyes no lo establecen". "Y que no vayáis a creer que os van a borrar del registro". El asunto no terminó ahí: al día siguiente nos enteramos, con indignación, de que el sustituto del párroco, que así decía llamarse, había abordado a nuestra madre en la calle y a nuestro padre en su trabajo para convencerlos de la necesidad de "sacarlos de su error". Mis hermanos telefonearon al obispado de Badajoz, cuya respuesta fue en parecidos términos, aunque educadamente. Ante todo esto, decidieron recurrir al Defensor del Pueblo.Ruego que alguien nos explique qué hay que hacer para anular la inscripción parroquial sin recurrir a la propia jurisdicción eclesiástica, amparándonos exclusivamente en las leyes civiles de un Estado de derecho y que se proclama laico. Mientras tanto, que sepa la Iglesia católica, que tanto gusta de los recuentos que le son favorables, que de éstos quite cuatro ateos practicantes.-