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Estrategia contra el terrorismo

Para países como Italia o España, el terrorismo es una realidad conocida. Se trata de terrorismos muy diferentes, pero en ambos casos gozaban de un territorio social que les cubría las espaldas, de carácter étnico, o bien sólo ideológico. Resumiendo, aunque los terroristas eran desconocidos, su referente social no lo era. Por ello, el nexo entre el referente social o étnico (el separatismo vasco, la extrema izquierda italiana) podía ser captado de alguna manera: había varios grados de relación y conexión entre el agua -es decir, el ambiente social- y el pez -es decir, el terrorismo- En este caso, la acción del Estado trató, sobre todo en Italia, de incidir en los puntos débiles del nexo entre el grupo terrorista y su base de consenso potencial. Ésta fue la estrategia elaborada por ese gran hombre de Estado que fue el general Carlo Alberto dalla Chiesa. El invento fue el ofrecimiento de reducción de la pena a quien se disociase, del grupo terrorista y colaborase con la justicia. Los arrepentidos fueron la clave del éxito obtenido por Italia en la lucha contra el terrorismo.Ciertamente, el sistema fue sometido a severas críticas. Una vez acabado el fenómeno del terrorismo con base social, el pentitismo (arrepentidismo) se aplicó, aquí también impulsado por Dalla Chiesa, a la lucha contra los grandes cuerpos criminales organizados: la Mafia y la Camorra. La intuición de Dalla Chiesa era acertada, aun cuando ahora en Italia la lucha contra la Camorra y la Mafia ya no está de moda y la absolución de más de 100 acusados de la Camorra, sobre la base de las revelaciones de los arrepentidos, se ha presentado como un éxito de la justicia. Pero en ello ha influido el que entre los absueltos estuviese el presidente del Partido Radical, Enzo Tortora, conocido presentador de la televisión italiana. El espectáculo siempre tiene éxito.

Mucho más difícil es, por el contrario, la acción contra un terrorismo que no tenga, en el país objeto de su actividad, ningún referente social. El terrorismo que surge del problema palestino no tiene referente social: por ello no es posible una acción política preventiva.

Los medios políticos utilizados hasta ahora por Italia consistieron en una postura hacia la OLP, y en general hacia los países relacionados con la acción terrorista desde un punto de vista ideológico (Libia, Siria, Irán), más blanda que la de otros países occidentales. Pero ahora también esta posibilidad parece ir reduciéndose. El ataque de los norteamericanos a Libia ha hecho pensar que la no colaboración con ellos en el plano de la lucha contra el terrorismo podría haber llevado a una crisis en la cooperación occidental. Por esto mismo, casos como el de la base militar de Sigonella, en la que hubo una ruptura y un choque potencial entre fuerzas norteamericanas e italianas, parecen excluidos ya gracias a los acuerdos a que ha llegado el Gobierno de Roma con el de Washington. Así pues, la posibilidad de que Italia se mantuviera más o menos al margen de la solidaridad occidental en este campo debe considerarse poco probable. Si Italia fuese tomada como blanco por el terrorismo de Oriente Próximo, sería uno de los países más expuestos.

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El referente social de este terrorismo lo proporciona el mundo árabe e islámico en su conjunto y algunos Estados en particular. Pero, hasta ahora, todos los Estados que pueden ser considerados posibles santuarios del terrorismo lo han condenado en sus declaraciones oficiales. Así pues, la idea de una sanción armada contra algunos de los Estados considerados ideológicamente santuario del terrorismo no tiene sentido: no se puede convertir a Libia en el chivo expiatorio de todos los males que existen en el Mediterráneo.

Puesto que ni siquiera una solución negociada del problema palestíno podría cerrar por sí misma, en el caso de que ello fuese posible, la posibilidad del terrorismo -pues, sin duda, los brazos políticos del terrorismo negarían la validez de acuerdos semejantes-, no queda sino considerar los medios de policía adecuados para prevenir los atentados o para garantizar el llevar a los culpables ante la justicia.

El referente social interior respecto del país objeto de acciones, terroristas no son los residentes, árabes o musuIrnanes como tales. El terrorismo puede actuar también relacionándose con los terrorismos latentes o todavía no calmados del todo de los distintos países. El frente terrorista puede consolidarse gracias a sus alianzas internacionales y llegar a constituir una verdadera internacional del terror. Así pues, no es posible llevar a cabo ninguna acción policial preventiva. La verdad es que Occidente se encuentra indefenso ante quien no estima la vida como valor absoluto, y acepta la inmolación por sus ideas. Occidente carece de elementos, en sus medios culturales y en su cultura, para defenderse del terrorismo.

Sin embargo, precisamente porque actúan, es posible localizar a los grupos terroristas. Sería útil, llegados a este punto, pedir a todos los países presentes en el área europea mediterránea la conclusión de un acuerdo general contra el terrorismo. La acción policial puede tener eficacia sólo si su radio alcanza toda Europa y todo el Mediterráneo. Teniendo en cuenta que ningún Estado árabe o islámico acepta el terrorismo como principio, no debería resultar imposible un acuerdo global que incluyese también a ambas superpotencias, que también están presentes en el Mediterráneo, con sus flotas. Un acuerdo así, en efecto, constituiría un buen marco para posibles negociaciones sobre la cuestión palestina. Hasta ahora, los Estados europeos se han limitado a manifestar su impotencia en la defensa de sus propios ciudadanos. En caso contrario, se convertirían en Estados policiales, con control electrónico de los movimientos de sus ciudadanos, y ello a nivel europeo. Pero es una hipótesis políticamente imposible y quizá también técnicamente irrealizable.

Lo único posible, pues, es crear un consenso internacional respecto de la lucha contra el terrorismo y organizar a este respecto una colaboración entre el Este y el Oeste, entre el Norte y el Sur. Mientras tanto, nuevos inocentes serán sacrificados a la dura lógica del terrorismo.

es teólogo y diputado socialista europeo.

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