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Ascó 2, obligada a trabajar al máximo para evitar pérdidas

El paro de la central nuclear de Ascó 2 durante un mes, desde el 23 de agosto al 23 de septiembre, podría ocasionar a final de año pérdidas a las compañías eléctricas propietarias, si la central no pudiese recuperar la media anual de producción prevista, cifrada en un 60% de su capacidad.Hasta el pasado mes de agosto, el promedio de la producción anual de la central se mantenía entre el 68,6% y el 70%, según diversas apreciaciones, lo que se consideraba un excelente resultado.

Sin embargo, la avería sufrida en el mes de agosto sitúa la media por debajo del objetivo del 60%. Desde el pasado viernes la central se ha situado en un régimen de producción del 82% de su capacidad y, de mantenerse a este nivel hasta fin de año, aún se alcanzaría la producción prevista.

El director de emplazamiento de la central nuclear de Ascó 2, Ignasi Camps, confía en poder mantener la central en el actual rendimiento o incluso aumentarlo hasta el 100%. La potencia teórica de la central es de 930 megavatios, pero se considera que su máxima capacidad está cerca de 870 megavatios. Asimismo, el objetivo fijado alcanza, una media anual de 7.500 millones de kilovatios, muy por debajo de su capacidad teórica.

80 millones diarios

Si se considera que la central ha dejado de ganar unos 80 millones de pesetas diarios durante los días en que ha permanecido parada, se podría deducir que la paralización de un mes ha significado dejar de generar 2.400 millones de pesetas previstos. Sin embargo, en las previsiones de rendimiento se había estipulado el alcanzar las 6.200 horas de trabajo al año, sobre un total anual de 8.700. Las 720 horas perdidas por la avería aún permitirían alcanzar el número de horas de trabajo previstas o incluso superarlas.Por todo ello, el subdirector financiero de FECSA, compañía propietaria de un 40% de la central, Juan Manuel Pascual, no cree que el parón de Ascó 2 repercuta en la cuenta de resultados de las empresas eléctricas propietarias, aunque se haya desvanecido la perspectiva de un beneficio superior a las previsiones, como se vislumbraba a partir de los rendimientos del primer semestre.

El coste real de mantener en paro una central nuclear durante unos días es de difícil cuantificación por varios una diversidad de motivos. En primer lugar, los gastos fijos de la central se consideran globalmente a través del año, al igual que los intereses intercalarios (intereses por la inversión financiera de las distintas empresas eléctricas) aplicados a cada ejercicio se valoran en el mes de diciembre, y en función de la cuenta de resultados de las compañías participantes.

Asimismo, el precio del kilovatio hora generado por la central nuclear se considera de 5,3 pesetas, pero en este precio tampoco se cuenta, la repercusión de los intereses financieros, que, de incluirse, elevarían el precio hora del kilovatio por encima de las 10 pesetas.

Otra cuestión de difícil cuantificación es que la energía no generada por la central nuclear es reemplazada por la que suministran otras compañías eléctricas cuyos precios tampoco son homogéneos.

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