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Manuel Díaz de Rábago Villar

Abogado laboralista, número uno del concurso para llegar a ser juez sin oposiciones

Manuel Díaz de Rábago Villar, abogado laboralista afincado en San Sebastián, sacó el número uno en el reciente concurso convocado para acceder a la carrera judicial sin pasar por las oposiciones. Se presentó al denominado cuarto turno sin otra pretensión que la de pulsar sus posibilidades para futuros intentos.

No contento con sacar la plaza de magistrado, ha obtenido la mejor puntuación, y esto parece ser ya una constante de su trayectoria, porque posee incluso el raro antecedente de haber sido designado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) como titular de una plaza a la que ni siquiera había concurrido."Eso", explica divertido, "ocurrió poco después de que abandonara mi puesto de letrado interino de la organización sindical. No sé por qué extrañas razones mi nombre apareció en el BOE con el nombramiento de letrado titular". Nacido en Madrid hace 37 años y afincado en San Sebastián desde hace 12, asegura que no quiere moverse de Euskadi. Casado, divorciado y vuelto a casar, asegura ser el primer sorprendido por su nombramiento como magistrado de Trabajo de Bilbao."Ser juez me apetece un montón desde hace ya cuatro o cinco años. Me presenté al concurso únicamente para calibrar mi nivel de conocimientos, y ni siquiera", dice, "aspiraba a pasar la primera selección. La verdad es que las preguntas que me hicieron eran muy bonitas e invitaban al lucimiento. Me pareció que el examen era muy fácil", agrega con una chispa de picardía.

Hombre ligado a los despachos laboralistas de CC OO en San Sebastián, tuvo un papel destacado en la huelga de los 100 días de Michelín, en 1976, cuando él ocupaba el puesto de letrado interino de la organización sindical. "Fue mi segundo caso y el que más me enorgullece de toda mi carrera. Coordinamos a todos los delegados, lo que ahora son los comités de empresa. Pusimos en sus manos toda la infraestructura sindical y luego defendimos a los despedidos, fue una hermosa y tensa experiencia", indica.

Nieto de un magistrado del Tribunal Supremo, afirma que desde siempre ha sentido "muy fuerte la idea de la justicia" y que al aparecer la vía del cuarto turno vio que se le presentaba la oportunidad que había esperado los últimos años. "La verdad", dice sin pizca de presunción, "es que yo no defiendo más que los casos que considero injustos y que entre mis compañeros siempre he tenido una cierta fama de juez". El nuevo magistrado señala que abandonó el despacho que compartía con un antiguo dirigente del PC de Euskadi al comprobar que sus ganancias eran tan desmesuradas que contradecían su propio concepto de abogado laboralista.Cree que el puesto de magistrado de Trabajo en Euskadi no ofrece más condicionantes ni dificultades profesionales que las que puedan existir en cualquier otra magistratura del resto del Estado.

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