Un cura que quiere ser padre

"Lo he hecho para ayudarles en su futuro, pero no tiene mérito alguno". Así, con esta sencilla frase, al igual que sencilla es su persona, justifica su decisión Miguel Cantarero Moreno, cura párroco de la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre, que a principios del presente mes de septiembre solicitó oficialmente la tutela de tres niños residentes en el pueblo cuyos padres fallecieron como consecuencia de un accidente automovilístico que sucedió a finales de agosto.

Los tres hermanos huérfanos, de 16,14 y 9 años de edad, manifestaron desde el primer momento su firme intención de no separarse ni marcharse fuera de la localidad, a pesar de que sus familiares viven en otras ciudades, concretamente en Archidona, Málaga y Barcelona.Gabriel Muñoz Jiménez, de 41 años, peón agrícola, y su mujer, Paquita Arjona Moreno, de 39 años, un matrimonio querido en Alhaurín, decidió celebrar su decimoctavo aniversario de bodas junto a sus dos hijos pequeños, Gabriel y María José, de 14 y 9 años, respectivamente, en un restaurante de la vecina localidad de Cártama. Paqui, la mayor, no pudo ir porque tenía que trabajar. Al regreso, sobre las 23.30, el R-4 conducido por Gabriel fue embestido por otro vehículo en el que viajaban unos jóvenes.

Gabriel Muñoz y Paquita Arjona fallecieron en el acto, mientras que los pequeños sufrieron heridas de diversa consideración. Numerosos vecinos se personaron en el lugar del accidente, entre ellos el párroco, Miguel Cantarero -don Miguel para todos-, que acompañó en todo momento a los infortunados niños.

Los tres hermanos, pocos días después del suceso, adoptaron la decisión irrevocable de seguir viviendo en su pueblo. Su intención era no separarse. Ante esta circunstancia, los propios familiares decidieron hacer lo posible por cumplir los deseos de los niños, y el cura decidió solicitar su tutela.

Don Miguel -según dicen todos los vecinos "un gran cura y una gran persona"- resta importancia a su petición y repite una y otra vez que lo ha hecho "para ayudarles en su futuro, pero no tiene mérito alguno".

Consciente de la serie de trabas burocráticas que lleva consigo la solicitud de la tutela de los tres niños, Miguel Cantarero se muestra optimista respecto al resultado, final y agradece una y otra vez la actitud de sus convecinos para con los niños huérfanos: "Todo el pueblo se ha volcado con ellos" señala.

Lo que no dice es que la mayoría de los 10.000 habitantes de Alhaurín de la Torre, localidad enclavada a 17 kilómetros de la capital, elogian pública y privadamente la decisión de este sacerdote, que no consultó con el obispado malagueño su decisión de solicitar oficialmente la tutela de los tres hermanos. Este apoyo se demuestra en el hecho de que tan sólo en unas horas campaña de ayuda que emprendió la parroquia con destino a los tres hermanos huérfanos contó con una participación popular masiva. Obtuvo más de 400.000 pesetas.

Paqui, que trabaja en una fábrica textil; Gabriel, que cursa primero de BUP, y María José, que inicia este año cuarto de EGB, esperan igualmente que la petición sea atendida. En caso de que así ocurra, éste será el primer sacerdote que logre la tutela de unos niños huérfanos.