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LA LUCHA CONTRA EL 'APARTHEID'

Blancos contra la segregación

Helen Suzman no es la única campeona blanca de los derechos civiles en Suráfrica. A lo largo de los años, clérigos, intelectuales, educadores y, últimamente, hombres de negocios de las dos comunidades blancas, la británica y la afrikaner, se han pronunciado en contra del sistema de segregación racial conocido como apartheid, o desarrollo separado de las razas, poniendo muchas veces en peligro su posición y su bienestar personal.Contra lo que mucha gente cree en Europa, gracias al magnífico sentido de las relaciones públicas de los británicos, la lucha en contra del racismo en Suráfrica no es patrimonio exclusivo del sector de población blanca de habla inglesa. Los ingleses son tan culpables como los afrikaner de haber marginado a la mayoría negra de todos los centros de decisión. Basten dos ejemplos: la recomendación del gobernador general, lord Milner, de quitar a los negros de la provincia de El Cabo del censo electoral, y la equitativa ley de Terrenos promulgada en pleno imperio, en 1913, en virtud de la cual se asignaba a los blancos el 87% de la tierra, reservándose para los ne gros sólo el 13%.

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Banda Negra

Algunos de estos nombres, la mayoría desconocidos en España, son pronunciados por los negros con tanto respeto como los de Nelson Mandela y Oliver Tambo.Sheena Duncan, de 54 años, hija de una de las seis fundadoras de la organización Black Sash (Banda Negra), un grupo de activistas formado en 1953 para protestar por la decisión del Gobierno del Partido Nacional (el partido en el poder desde 1948) de quitar el derecho de voto a los mestizos, ha presidido la organización en dos ocasiones. En la actualidad trabaja en la oficina de Black Sash en Johanesburgo, dedicada a ayudar a aquellos negros que tienen dificultades con las autoridades a causa del apartheid.

Beyers Naude, de 71 años, quizá el activista afrikaner más conocido e influyente por su oposición al apartheid. Naude, de quien el reverendo Allan Boesak, fundador del Frente Democrático Unido, dijo una vez que le había reconciliado con la raza blanca, ocupa en la actualidad el puesto de secretario general del Consejo Surafricano de las Iglesias. Miembro del establishment, las matarizas de Sharpville le convirtieron en un duro crítico del Gobierno, que llegó a prohibirle (una especie de exilio interior) durante varios años.

Clérigos

Helen Joseph, de 81 años, veterana luchadora, secretaria nacional de la Federación de Mujeres de Suráfrica. Prohibida varias veces, es una de las fundadoras del Frente Democrático Unido, la organización anti-aparhteid en la legalidad más importante, con unos dos millones de afiliados.Entre los clérigos blancos destacan el obispo Trevor Huddleston y el arzobispo de Durban, Denis Hurley, presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Suráfrica. Y entre los novelistas, André Brink y el veterano Alan Paton, cuyos dos clásicos Cry, the beloved country y Ah, but your land is beautiful constituyen dos magníficos alegatos en contra del apartheid.

De los políticos destacan el actual líder de la oposición, Colin Eglin, del Partido Federal Progresista, y su antecesor en el cargo, Frederick van Zyl Slabert.

La comunidad de hombres de negocios, por su parte, adoptó ahora hace un año una medida sin precedentes: una misión encabezada por Gavin Rel, y, presidente de la todopoderosas Anglo-American Corp., se trasladó a Lusaka, capital de Zambia, para entrevistarse con el presidente del African National Congress en el exilio, Oliver Tambo.

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