Guerra a la energía nuclear en Italia

El Partido Socialista Italiano (PSI) ha declarado la guerra a la energía nuclear. En un congreso sobre energía clausurado el miércoles pasado en Roma, organizado por el PSI y en el que han participado todas las fuerzas políticas italianas, el partido socialista ha ratificado oficialmente su no al uso de la energía nuclear en Italia. El ministro de Trabajo, Gianni de Michelis, señaló en su intervención que la "utilización de la energía nuclear en Italia es antieconómica y que puede sustituírse por otras fuentes energéticas, como, por ejemplo, el metano".

La posición antinuclear del PSI fue adelantada la pasada semana por su vicesecretario general, el joven Claudio Martelli, quien se pronunció a favor del cierre de las centrales de Latina, Lazio y Tritio Vercellese, en la provincia de Turín; de que sea reestructurada a fondo la de Caorso, y que, por supuesto, "no se construya ni una central más en el país". Martelli asistió al congreso del Partido Socialdemócrata (SPD) de la República Federal de Alemania, a finales del pasado mes de agosto, y se quedó fuertemente impresionado por la decisión socialdemócrata de desmantelar las centrales.El órgano oficial del PSI, el diario Avanti, ratificó días atrás la postura de Martelli y salió al paso de las críticas que había suscitado el número dos del PSI, al miismo tiempo que lanzaba la advertencia a las otras fuerzas políticas de que si se niegan a entender la postura antinuclear socialista Italia puede "encaminarse hacia una profunda crisis política".

La inesperada actitud del PSI ha sorprendido. Dicho partido forma parte de un Gobierno de coalición presidido por el socialista Bettino Craxi y en el cual hasta ahora los cinco partidos que lo integraban (Democracia Cristiana, PSI, Socialdemócrata, Republicano y Liberal) eran favorables al programa de energía nuclear. Los socios de la coalición prefirieron esperar, para tomar decisiones, a los resultados de una próxima conferencia nacional sobre la energía.

En realidad, los socialistas, tras la tragedia de Chernobil, habían pedido ya que se cerrara la central atómica de Latina, a 60 kilómetros de la capital italiana,

Los socialistas afirman que sería una "locura ponerse en este momento a construir nuevas centrales". Y para apoyar sus tesis recuerdan que el porcentaje de energía suiministrada por las centrales nucleares es sólo del 3,4%. Los que se oponen a los socialistas añaden, sin embargo, que si se llevara a cabo el programa ya proyectado dicha cifra podría llegar a un 22%.

Entre tanto, los verdes y demás movimientos ecologistas han recogido casi un millón de firmas (un récord histórico) para la celebración de un referéndum sobre la derogación de las actuales leyes italianas favorables a la energia nuclear.

Quizá haya sido esto lo que ha empujado a los socialistas a colocarse abiertamente de parte de los antinucleares aun a. costa de crear problemas en el Gobierno.