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Un ex cabo muere en Aranjuez al estallarle un kilo de trilita

Fernando Calero, un joven de 20 años de edad, ex cabo primero en el Regimiento de Caballería Pavía, de Aranjuez (Madrid), murió en la madrugada de ayer en esa población al explotar un kilo de trilita que portaba y cuya procedencia se desconoce. Diversos datos sobre su vida y su muerte apuntan a que Fernando, de carácter triste y depresivo desde niño, se suicidó. Fuentes oficiales de Defensa señalan que el contrato de cabo primero le fue rescindido en marzo "por no reunir las condiciones necesarias para el cargo".

Un vecino de Aranjuez (Madrid), domiciliado en un edificio de tres plantas situado junto a una obra en construcción, frente a un descampado que limita con los jardines del Príncipe, en la calle de la Reina o carretera de Chinchón, llamó por teléfono a la Policía Municipal a las 2.15 de la madrugada de ayer. Explicó algo de una explosión y en el servicio municipal le contestaron que no se preocupara, que ya estaban en ello. Aquél se refería a una explosión que había costado la vida a Fernando Calero Fernández, de 20 años de edad, soltero, empleado temporal en una empresa de pintura de paredes. Y el municipal entendió que le alertaba sobre un accidente de tráfico que en esos momentos ocupaba la atención policial y sanitaria en Aranjuez.Fue cerca de las cuatro de la madrugada cuando las autoridades de Aranjuez se conmocionaron por la muerte del joven. Un hombre llegó al Ayuntamiento y dijo al primer guardia que se encontró que acababa de ver dos piernas en la calle. Paralelamente llegaba un coche de Policía Nacional al lugar de la tragedia.

Partes del cuerpo de Fernando Calero se esparcieron en un radio de más de 100 metros. Uno de sus brazos cayó en el tejado del edificio colindante a la obra frente a la que explotó el kilo de trinitrotolueno 246 (TNT) que portaba el joven, y cuya procedencia se desconoce.

Fuentes oficiales del Ayuntamiento de Aranjuez informaron a este respecto que la Comandancia Militar de Aranjuez había aclarado que no faltaban explosivos en el Regimiento de Caballería Pavía, donde Calero había prestado servicio militar.

Los investigadores encontraron a pocos metros del lugar de la explosión un coche Renault 5, de color amarillo, matrícula M-3789-BZ, propiedad de la víctima, en cuyo interior había dos cajas alargadas de madera con el rótulo "explosivos", similares a las que el Ejército utiliza para el traslado de este material. También había una gorra militar.

Fernando Calero se alistó voluntario en el Ejército a los 16 años, y se licenció con el grado de cabo primero en el pasado mes de marzo. Fue a morir a unos 30 metros de distancia del portal de la casa de su novia, Isabel López Casarrubio, de 18 años de edad, con la que mantenía relaciones desde hace dos años y medio.

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"Nada especial"'

Fernando Calero se despidió de su novia a las 23,30. "No le noté nada especial", dice Isabel. "Él era un muchacho muy bueno y honrado. Retraído, sí, pero nunca me habló de nada que le preocupara. Tampoco hablábamos de proyectos de casarnos o cosas así por las que él mostrase alguna preocupación especial".Minutos después, Fernando llegó a su casa -al otro lado de la ciudad, en el polígono Aves- y se acostó en la habitación que comparte con otros dos hermanos varones. "Pero hacia las 0.30 se volvió a marchar", recuerda su hermana, una joven administrativa municipal. "Él nunca nos decía lo que le pasaba. Era muy depresivo", añadió la hermana del fallecido.

Al cabo de hora y media, Fernando Calero estaba en el descampado inmediato al edificio donde vive su novia. Allí le explotó -o él hizo explotar- la trilita.

Incomunicación

A las 7.30, el padre de Fernando, empleado en una empresa de limpiezas, conoció la muerte de su hijo. "Desde niño fue siempre muy triste, muy callado, se lo tragaba todo, y nunca se comunicó con nosotros, con mi mujer o conmigo, o con sus hermanos o sus dos hermanas. Después de estudiar hasta segundo curso de electrónica decidió alistarse en el Ejército. En marzo pasado dijo que quería trabajar, y yo le dije que bueno, que no estaba bien lo de encontrar empleo, pero que algo habría, y empezó en una empresa de pintura. No sé. Si algo le ocurría, nunca lo dijo", afirma el padre.Fuentes oficiales del Ministerio de Defensa precisaron que "el contrato no le fue renovado por considerar que no reunía las condiciones adecuadas".

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