Tetas

Lástima que Borges se haya ido a la tumba sin haber escrito la digna parejita de su Historia de la infamia, a titular Historia de la majadería. Hecho a figurar en toda posible Historia de la majadería es la sanción que TVE ha impuesto a la presentadora de un programa ecológico, Sonia Martínez, por haber enseñado las tetas en una revista de información general.Para una presentadora de programas sobre la naturaleza lo más natural de este mundo es enseñar las tetas. Además, no se trata de esas tetas quirúrgicas que suelen aparecer en los desplegables de revistas para onanistas, sino de unas tetas caseras, excelente, si he de ser sincero, pero caseras: fotos de chica casadera que algún día pondrá sus glándulas mamarias al servicio de la familia, el sindicato y el municipio. Son tetas de célula social fundamental. Yo con esta chica me casaba, y sin embargojamás se me ocurriría ponerle un piso. Es decir, el suyo es un desnudo moderado, de centro izquierda, socialdemócrata para entendernos.

Además el reportaje está hecho como si Sonia fuera ajena a las intenciones del fotógrafo. ¿Verdad o mentira? Qué más da. Al espectador puritano siempre le debe quedar la esperanza de que la virtud de Sonia ha sido burlada por la habilidad del fotógrafo canallesco. Y si Sonia se ha liado la manta a la cabeza y ha puesto sus excelentes pectorales sobre la mesa de tanta papanatería nacional, pues bien hecho, y a lo hecho, pecho. Basta ir a cualquier playa de España a cualquier hora para, ver desnudeces equivalentes, y la salud mental del país no ha empeorado. Los voyeurs tal vez añoramos aquellos tiempos en que había que arriesgar bastante para ver un, poquito, pero ése es nuestro problema. No hay razón alguna de moralidad con vencional para que TVE haya castigado a Sonia por desnudos que TVE suele prodigar, y la realidad y el deseo social mucho más. Por tanto sólo cabe considerar como posibles causas de la sanción un ataque de pudor mental transito río, infección de un quiste del pasado, o bien que los responsables de la sanción van tan quemados los pobres que ante los desnudos se les cruzan los cables de arriba con los de abajo.