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El déficit patrimonial de Williams & Humbert supera los 5.110 millones de pesetas

Williams & Humbert, Limited, una vez garantizada definitivamente la propiedad de su principal marca, Dry Sack, ha iniciado, según sus actuales responsables, un proceso de saneamiento financiero para garantizar su futuro. En un informe que ayer se hizo público por parte del director general de la firma, Francisco Herrero, se dice que las auditorías realizadas tras el 23 de febrero de 1983 determinaron la existencia de numerosas irregularidades en la contabilidad de Williams & Humbert que, junto con las pérdidas acumuladas, sitúan el déficit patrimonial en 5.110 millones de pesetas.

Las cargas financieras directamente derivadas de las pérdidas ocultas y de los 4.305 millones de pesetas en créditos no declarados por los anteriores propietarios, que ha habido que asumir para evitar la quiebra de la compañía, representan el 90% de las pérdidas correspondientes a los tres últimos ejercicios. El principal objetivo de la dirección general del Patrimonio del Estado está en liberar la cuenta de resultados de Williams & Humbert de su componente más negativo, representado por los costes financieros. Para ello, están ya en un proceso de desarrollo muy avanzado los estudios necesarios.Williams & Humbert cuenta en la actualidad con una plantilla fija de 223 personas y la bodega tiene capacidad para 58.881 botas. Sus instalaciones en Jerez ocupan una extensión de 79.734 metros cuadrados. La firma tiene actualmente, según su director general, un pasivo total de 9.674 millones de pesetas, lo que restado al activo, 4.564 millones de pesetas, arroja un déficit patrimonial de 5.110 millones de pesetas. Respecto a la cuenta de resultados, la pérdida de explotación más los gastos financieros suponen un total de 770 millones de pérdidas acumuladas.

Resultado real

Según se expresa en el extenso informe sobre la situación financiera de Williams & Humbert que ayer se entregó a la Prensa, la "abultada" cifra del déficit patrimonial "tiene su origen en los resultados reales que la compañía obtuvo desde 1976 a 1982". Estas pérdidas permanecieron ocultas mientras que Williams & Humbert estuvo en manos de sus anteriores propietarios, pero fueron afloradas por las auditorías que se realizaron inmediatamente después de la expropiación de Rumasa.En el informe hecho público ayer por el director general de Williams & Humbert se denuncia que los "auditores independientes que realizaron estos trabajos encontraron, además, la existencia de una amplia gama de irregularidades contables que superan los 7.000 millones de pesetas, consistentes en créditos bancarios, intereses de financiación de pérdidas, actas de inspecciones de Hacienda y activos comprados y no pagados.

"Si no se hubiera hecho frente a la situación que se ha descrito, la empresa se hubiera visto abocada a la quiebra con todas las consecuencia que ello representa", dice también el informe. Las pérdidas acumuladas por Williams & Humbert desde 1983 hasta junio de 1986 arrojan un total de 6.024 millones de pesetas (pérdida actual contabilizada de la compañía), de los que restados los 914 millones de recursos propios representan los 5.110 millones de pesetas de déficit patrimonial. Según destaca el informe sobre la situación financiera de Williams, "en la cifra de pérdidas de estos últimos cuatro años, los gastos financieros en los que ha habido que incurrir para hacer frente a las irregularidades de los anteriores propietarios, representan la mayor parte de aquella cifra".

Respecto a las ventas, el informe señala que "las necesidades económicas de la compañía en determinados momentos, sobre todo a fin de año, originaban unas ventas ficticias".

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