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Democristianos y suaristas pugnan por ser 'el tercer partido'

Democristianos y suaristas han reiniciado una sorda batalla por consolidarse, cada uno de ellos, como el tercer partido en el espectro político nacional. Tanto los dirigentes del Partido Demócrata Popular de Óscar Alzaga como los del Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez se muestran convencidos de que sus respectivas formaciones podrán hacerse con el espacio político de centro a raíz de las próximas elecciones municipales y autonómicas de junio de 1987. "Es desde el centro desde donde se puede construir la alternativa real al PSOE, no desde la derecho, dijo ayer Alzaga, cuyos seguidores no podían disimular su satisfacción ante los atisbos de crisis recientemente surgidos en Alianza Popular.

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Alzaga inauguró ayer un curso político que resultará trascendental para su partido, el PDP, con una conferencia de prensa en la que aseguró que la única hipótesis con la que actualmente trabajan los democristianos es la de concurrir en solitario a las elecciones de la primavera próxima. Pensando en tales elecciones, dijo Alzaga: "Vamos a hacer una convocatoria muy amplia para ensanchar el PDP como el gran partido de centro".Un alto dirigente democristiano admitió ayer que "la única alternativa" ante las próximas elecciones -que el PDP comenzará a preparar desde este fin de semana, con una reunión de sus 32 parlamentarios- será disputar el espacio de centro-izquierda al CDS de Suárez. Para ello, el PDP insistirá, entre otras cosas, en atacar los aspectos "menos progresistas" de la política económica del PSOE.

José Ramón Caso, secretario general del CDS, consideró ayer "una broma" cualquier equiparación de su partido con el PDP, inmerso en "una operación inviable".

Alternativa al socialismo

El Centro Democrático y Social, que celebrará su próximo congreso nacional los días 13 y 14 de este mes, considera que las elecciones de la primavera de 1987 servirán para consolidar el partido como la tercera fuerza política a corto plazo y como la alternativa al socialismo a medio plazo, dado el previsible desgaste que sufrirá Alianza Popular en los próximos meses."AP tiene maquinaria para concurrir en 6.000 municipios en las próximas elecciones", dijo Caso, "pero también UCD fue la teórica ganadora cuantitativa en las municipales de 1983, y ya se vio lo que ocurrió poco después".

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El CDS aspira, entre otras cosas, a convertirse en el interlocutor imprescindible de los socialistas en, al menos cinco de las 13 comunidades autónomas que estarán en litigio el próximo mes de junio.

"Si el PSOE quiere gobernar en muchas comunidades autónomas y en muchos municipios, no tendrá otro remedio que pactar con nosotros", dijo un. dirigente suarista, quien advirtió, no obstante, que su partido no se comprometerá en pactos poselectorales globales, sino que intentará forzar acuerdos "municipio a municipio, provincia a provincia, comunidad a comunidad, sin excluir por principio a nadie: en unos sitios podríamos llegar a acuerdos con el PSOE, en otros con AP, en otros con Izquierda Unida".

Listas propias

Como el PDP, el CDS concurrirá con listas propias en las 13 autonomías y confía en poder presentar candidatos en unos 3.000 del total de 9.000 municipios españoles. Pero, por lo que se refiere a líneas de actuación más concretas, así como al perfil de los candidatos idóneos, será el congreso nacional del partido, a celebrar dentro de una semana, quien decida, así como sobre otros temas cruciales, entre ellos la continuidad de José Ramón Caso al frente de la secretaría general.Los democristianos, por su parte, celebrarán su congreso nacional el próximo mes de diciembre, y de él saldrán previsiblemente los nombres de los candidatos democristianos a la presidencia de las 13 comunidades autónomas y para la alcaldía de las ciudades más importantes. Ni el Partido Demócrata Popular ni el Centro Democrático y Social parecen dispuestos a convertir la batalla por la alcaldía de Madrid en una suerte de elección presidencial, presentando como candidatos a sus principales líderes. Suaristas y democristianos aseguran que desarrollarán una activa labor parlamentaria, y tanto Suárez como Alzaga intentarán hacer olvidar su escasa actividad en el Congreso de los Diputados en la pasada legislatura.

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