Cae el telón para el ocio al aire libre

Los Veranos de la Villa es el nombre que desde hace dos años reciben toda una serie de actuaciones de música, danza, cine y teatro organizadas y programadas por el Ayuntamiento de Madrid a través de su Concejalía de Cultura. A lo largo de dos meses Madrid presenta una oferta cultural que deja de convertirla en el lugar aburrido y solitario de hace tan sólo pocos años. Esta semana, con la clausura de Joaquín Sabina en la plaza de toros de Las Ventas, los espectadores abandonan el consumo cultural al aire libre para volver a las salas cerradas y con precios no siempre accesibles al bolsillo del madrileño medio.

Más de 300.000 personas, todo un récord respecto a años anteriores, han visto a más de un millar de artistas. Estos han trabajado en once espacios diferentes: Plaza de las Ventas, La Corrala, Teatro Munumental, Retiro, Templo de Debod, Plaza Mayor, la Almudena, Lonja de las Terneras, Cuartel de Conde Duque, La Chopera, así como diversos auditorios en barrios periféricos de la ciudad.Se han ofrecido 150 representaciones teatrales de 13 compañías; 30 actuaciones de danza y ballet por cinco compañías, medio centenar de conciertos de música clásica y moderna -pendiente aún el de Joaquín Sabina, con la mitad del aforo vendido-, y 184 películas proyectadas en la Chopera del Retiro, adonde han actidido 2.000 personas diariamente.

Mejoras técnicas

La Concejalía de Cultura centró su preocupación en la calidad de los espectáculos. Este año mostró un especial interés por autores españoles vivos como Luis Matilla, Fernando Fernán-Gómez, Ignacio Amestoy y Jose Luis Alonso de Santos, y por la infraestructura técnica de los locales. Los espectadores asiduos se encontraron en esta edición con sillas numeradas y con respaldo, sistemas de seguridad con ambulancias, bomberos y policía municipal, bar con bebidas y comida, sistema de alumbrados exterior e interior y camerinos para cubrir unas mínimas necesidades.

El presupuesto de 120 millones de pesetas se ha empleado mayoritariamente en espectáculos nacionales, muchos de ellos coproducidos con el Ayuntamiento, que de esta forma subvenciona a las compañías escogidas.

La forma de pago a los grupos variaba. "El sistema de coproducciones", comenta Ramón Herrero, concejal de Cultura, "nos permite preveer mucho los costes. Las subvenciones están otorgadas con una filosofia que si el espectáculo e s exitoso la compañía saca beneficios y si fracasa tiene pérdidas, pero no están arruinados. Esto nos parece que es importante porque no se puede apoyar con el dinero público indiscrimanadamente, y de hecho los cachés se discuten mucho entre nosotros y con las compañías".

El Ayuntamiento de Madrid es la única institución, pública o privada, que no hace ningún tipo de ostentación al ofrecer los, tan de rrioda, cocktaús, que mayoritariamente se sirven a la prensa y que tan solo constan de una copa de cava catalán con panchitos o patatas fritas.

Cuando se saca a conversación La Lonja de las Terneras, Herrero no puede evitar un gesto de pena: esa es una espina que tenemos todos clavada". Este espacio recuperado por el Ayuntamiento ha dado muchos quebraderos de cabeza por la falta de refrigeración, unas veces, y otras por el ruido que ésta provocaba una vez instalada, No obstante Herrero habla con la seguridad que le da saber que Madrid es una de las ciudades europeas con una mayor y más rica oferta cultural: "Hace años fueron famosos los veranos en Roma y en los próximos queremos que sean los de Madrid, donde nos preocupa especialmente ir uniendo la variedad y calidad con lo popular, ya que son cosas que deben estar dirigidas a todas las edades y bolsillos".

Los ingresos

Los ingresos por taquilla han superado los 120 millones de pesetas, cantidad respetable si se tiene en cuenta que muchos espectáculos eran gratuitos, otros a 200 pesetas y los más caros 600 y 700. De esta cantidad, 40 millones han revertido a las arcas del Ayuntamiento y el resto para las compañías y gastos.

Unos 60.000 espectadores han acudido a las proyecciones de películas en la Chopéra, donde se ha dado la mayor afluencia de público. Además del cine han registrado llenos totales la zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente de Chueca, dirigida por José Osuna y con Nati Mistral y Marujita Diaz al frente del reparto; Los extremeños se tocan de Muñoz Seca, autor del que se celebra el cincuenta aniversario de su muerte y al que la única institución pública que ha retornado ha sido el Ayuntamiento de Madrid; los viernes de Guitarra flamenca los ballets de Gades, Ballet Nacional y Netherlands Theatre; la Trinca; El Tricicle y los conciertos de All Jarreau, Georges Benson, Llegó la salsa, Amancio prada, Milton Nascimento y María del Mar Bonet y la Orquesta de RTVE.

El espectáculo para niños La Espada del solo deseo de Luis Matila y Juan Margallo también ha contado con una gran aceptación. Así mismo ha sido ha sido desbordante la participación en barrios de la periferia, por lo que el Ayuntamiento se plantea una mayor descentralización para las próximas ediciones.

Otros montajes que no han registrado llenos totales no significaba falta de éxito, ya que la organización instalaba el número de butacas en función de los espectadores que calculaban asistirían a la actuación más populosa. "El truco fácil" comenta Ignacio Cabal, director de Actividades Culturales, "de hacer los aforos pequeños y llenarlo todo con gente que se quedara fuera no nos parecía honesto". De ahí que obras como Ojos de Bosque de Fernán-Górnez haya tenido un importante éxito de recaudación sin llenar, debido a ese aforo de 1.600 butacas inusual en un teatro. Algo similar, aunque no tan contundente, ha sucedido con otros espectáculos.

aunque algunos fueron mal de público,.

Los aforos oscilaron entre las 18.000 plazas de la Plaza de Toros de las Ventas, 1.700 el Cuartel de Conde Duque, 1.632 el Templo de Debod, 1.600 La Almudena, 700 los Jardines de Cecilio Rodríguez y las 439 de la Lonja de las Terneras.

Trabajo continuo

La jornada de trabajo iba desde primeras horas de la mañana hasta la madrugada. Herrero y Cabal hacían recorridos diarios por todos los recintos, causando incluso sorpresa entre las compañías.

Tras una semana de descanso en septiembre se reincorporan a preparar las fiestas navideñas, carnavales, San Isidro y los próximos Veranos de la Villa, sin pensar en las próximas elecciones municipales. "Sería disparatado e irracional", comenta Ramón Herrero, "pensar en trabajar de una forma distinta y no intentar cerrar la programación lo antes posible, y más teniendo en cuenta que haciendolo así está demostrado que redunda positivamente en la calidad de los espectáculos"

Se ha observado una mayor afluencia de extranjeros a estas actividades y son numerosas las entradas que se compran, por anticipado desde diferentes puntos del estado español.