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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La verja de Gibraltar

He leído con interés su editorial Fuera la verja (15 de agosto de 1986) sobre la reivindicación de Gibraltar, y creo conveniente puntualizar algo para mejor conocimiento de este tema por los lectores de EL PAÍS.Todas las fuerzas políticas en España están de acuerdo en reivindicar Gibraltar, y ciertamente sería interesante que se llegase a un acuerdo con el Reino Unido para el desmantelamiento de la verja, pero creo que es necesario que se sepa que no fue España la que levantó la verja, que no tiene nada de fronteriza, sino que fue erigida unilateralmente por el Reino Unido en 1908 sobre territorio español. por no estar incluido en el Tratado de Utrecht, y así es reconocido por los autores británicos.

Dichos autores británicos, y entre ellos George Hills en su obra The rock of contention (página 390 y siguientes), llaman a ese territorio español "territorio neutral" ocupado por los británicos fuera de Gibraltar por razones diversas, epidemias, razones estratégicas, etcétera, y señala cómo el embajador británico comunicó el 5 de agosto de 1908 al ministro de Asuntos Exteriores español, señor Allendesalazar, como acto de cortesía, la erección de la verja. Cuenta el mismo autor que cuando, al cabo de algunas semanas, el ministro español se dio cuenta del significado de la nota que había recibido, y reclamó, el 22 de febrero de 1909, sobre el lugar en que estaba. colocada la verja, recibió, como respuesta, otra nota indicándole que se trataba , incuestionablemente, de territorio británico".

Por tanto, que se desmantele la verja, pero como paso previo al cumplimiento de la doctrina de las Naciones Unidas sobre la descolonización de Gibraltar en favor de nuestra integridad territorial, sin olvidar cuáles han sido, en realidad, lo que llama en su editorial "los efectos positivos derivados de la reapertura" de las comunicaciones.

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Dichos efectos distan, por ahora, de ser favorables para España. El impresionante enriquecimiento de Gibraltar corre parejo con el empobrecimiento cada día mayor de los pueblos de la comarca. Hay empresas de la CEE que piensan introducir sus productos en España vía Gibraltar, sin pago de impuestos, de forma parecida a lo que va a pasar con Portugal, donde nos van a inundar con productos con un cierto valor añadido. Sería interesante que EL PAÍS hiciese una encuesta entre los habitantes de la comarca del campo de Gibraltar para ver cómo piensan actualmente sobre esto.

Estoy completamente de acuerdo con su editorial en lo que se refiere a respetar en su totalidad a la población gibraltareña. Creo que ése es un campo en el que todos los partidos políticos españoles debemos trabajar, si bien no hay que confundir los derechos y los legítimos intereses, que hay que reconocer, con los meros "deseos" que pueden ser contrarios a las disposiciones de las Naciones Unidas.

En su editorial, muy valioso, indica que una solución del tema de Gibraltar "difícilmente podrá hallarse ignorando totalmente el punto de vista de la otra parte". Creo que los españoles podemos tener la conciencia tranquila a este respecto. Tengo gran curiosidad por ver cómo traducen e interpretan en el Reino Unido este aspecto de su importante editorial, del que dejo para comentar otro día el aspecto de la solución tipo Andorra que anunció la revista The Economist.-

Coordinador adjunto de relaciones exteriores de Alianza Popular.

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