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Xenofobia y reforma constitucional

T BonnEl Partido Socialdemócrata (SPD) de la República Federal de Alemania, en la oposición, acusó ayer al Gobierno federal de haber fomentado tendencias xenófobas en la RFA con fines electorales, en lugar de esforzar se por conseguir la integración y equiparación social y política de los extranjeros con el resto de la población.

Estas aseveraciones reflejan la tensión que el descubrimiento de los refugiados tamiles junto a las costas de Canadá ha introducido en una polémica de actualidad en Alernania Oeste: ¿Existe el peligro de que en el país llegue a haber una mayoría afroasiática, sino se pone coto inmediato a la emigración procedente del Tercer Mundo, o es éste un debate provocado artificialmente por la derecha conservadora para imponer una modificación restrictiva al derecho de asilo amparado por la Constitución?

El aumento de las solicitudes de asilo político por parte de inmigrantes de Irán, Turquía, Sr¡ Lanka y Líbano en lo que va de año -42.000 peticiones en el primer semestre- es causa o pretexto para una renovada campaña orientada a forzar la modificación del artículo 16, que señala lacónicamente: "Los perseguidos políticos gozaran de derecho de asilo".

Este derecho fue incluido en la Ley Fundamental de 1949 como prueba de la voluntad del nuevo Estado alemán de proteger a los perseguidos por sus ideas.

El canciller federal, Helmut Kohl, y otros políticos democristianos, como el ministro del interior, Friedrich Zimmermann, y el jefe del Gobierno bávaro, Franz Josef Strauss, han manifestado ya que consideran necesaria la enmienda constitucional. Khol ha calificado la situación de in sostenible, y ha anunciado para el 25 de septiembre una reunión con los jefes de Gobierno de los Estados y los partidos parlamentarios para buscar un acuerdo.

El Gobierno federal no adoptó controles policiales en los accesos a la RFA cuando, a principlos de año, se disparó la llegada de refugiados. Ahora quiere utilizar este problema como arma política, ante las elecciones generales de enero próximo.

Los refugiados, que no pueden ser expulsados hasta que se estudie su solicitud, son alojados en campamentos provisionales o residencias, en pequeñas localidades donde el malestar de la población por su presencia es cada vez más ostensible.

En la coalición gubernamental hay serias diferencias sobre la necesidad de recortar el derecho de asilo, ya que los liberales del FDP se oponen a ello.

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