Las fuentes policiales
En el transcurso de una semana han aparecido en EL PAÍS dos noticias similares en cuanto a la calidad del sujeto activo de las mismas, de las que las fuentes policiales informaron de manera muy dispar.El día 1 de este mes de agosto apareció en este diario la noticia de que un inspector de policía resultó herido a consecuencia de una pelea en una cafetería madrileña. Las fuentes policiales informantes facilitaron nombre y apellidos del policía, destino y otras circunstancias pasadas del funcionario, que no habrán hecho otra cosa que dañar su imagen y su entorno familiar, social y profesional. Es curioso y significativo que no se facilitaba nombre ni circunstancias pasadas, si las había, del otro supuesto contendiente, al que se le refería como un cliente.
Me consta que no se trató de una pelea, sino de la agresión por parte de dos personas a las que el funcionario trataba de identificar o, en su caso, detener, lo que no llegó a producirse dado que cuando se acercaba a ellos se abalanzaron sobre él, uno por cada lado, dándole golpes con toda clase de objetos hasta abrirle la cabeza.
El día 8 de este mismo mes apareció en EL PAÍS la noticia referida a otro inspector de policía herido por un navajazo, del que las fuentes policiales no facilitaron el nombre por motivos de seguridad del funcionario.
Tal vez esto último sea lo correcto, pero, una pregunta: ¿Es que la seguridad del primero no importa a las fuentes policiales? ¿Qué se persigue con aquella información tan. distinta de la realidad acontecida, aumentada con expedientes pasados que nada tenían que ver con el asunto?- María García.
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