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RELIGIÓN

Nuevas reflexiones del Papa sobre demonios y ángeles

Juan Arias

Juan Pablo II abundó ayer, en un parlamento dirigido a más de 8.000 peregrinos, en las reflexiones sobre el demonio, en el marco de la catequesis que lleva haciendo desde hace unos meses sobre los ángeles. El papa Wojtyla afirmó que la Iglesia acepta incluso "la posesión diabólica", es decir, que el diablo se adueñe de un cuerpo humano.Según el Papa, el problema del demonio, que es sólo "un ángel desobediente y rebelde de Dios", plantea en realidad "el conflicto entre las fuerzas oscuras del mal y la redención".

En su disertación añadió que hoy hacer catequesis significa "prepararse a la condición de lucha propia de la vida de la Iglesia en este tiempo último de la historia de la salvación". De algún modo, ha dicho el papa Wojtyla, el demonio "ha conquistado el dominio del hombre" e influye sobre todo "en su fantasía y en sus facultades superiores" para alejarlo de la ley de Dios.

El Papa, que llegó en helicóptero desde su residencia veraniega de Castelgandolfo, a 30 kilómetros de Roma, para celebrar la habitual audiencia de los miércoles, a la que no renuncia ni en verano, dijo que la doctrina de la Iglesia pide que no se exagere la importancia del demonio pero también "que no se niege su existencia ni se minimice su acción maléfica".

La existencia del diablo

Volvió a repetir que la Iglesia enseña la existencia "personal" del diablo, que, según el papa Woityla, no es uno solo sino que son numéricamente diversos.Y añadió que la Iglesia enseña que la acción del diablo no va dirigida sólo al cuerpo del hombre y a sus facultades mejores, sino que se hace presente también "en la historia de la humanidad".

Dijo que una de sus mayores astucias es el "hacerse ignorar", es decir, pasar inobservado, como si no existiese.

Por vez primera en su catequesis sobre los ángeles, Juan Pablo II quiso recordar ayer a los miles de peregrinos y turistas todos los nombres con los cuales se designa en la Iglesia al demonio, como "artífice de la muerte", "padre de la mentira", "príncipe de este mundo", "el Dios de este mundo", "Belcebú", "Satanás", "el calumniador", "el mal-maligno", "el príncipe de las tinieblas", "el espíritu inmundo" y "el anticristo".

Recordó las formas bajo las cuales suele representarse en el catolicismo al diablo, que son: la serpiente, el dragón y el león. Acabó el Papa diciendo, citando el evangelio de San Juan, que el demonio "es homicida desde siempre y en él no hay verdad alguna", y que por tanto se le considera como padre de todas las mentiras del mundo.

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